Poema XV Ya falta poco, Mateo

3 0 0
                                    

Mateo
Ya no tengo las mismas fuerzas.
Cada día soy más inútil.

Mi corazón bombea menos.
Mi respiración es más pesada.
Tengo presente que pronto he de morir.

Mateo
¿Debería temerle a la muerte?

Ella te llevó sin aviso,

a ti y a nadie.


Yo solo espero mi designio,
aquel que indica que en cualquier momento,
mi corazón he de parar.

Debería llorar a mares,
Como lo hice desde el principio.

No comer acabó conmigo,
No cuidarme destruyó mi resistencia.

¿Mateo?
Mira, estoy más flaca,
Mi piel más pálida.

Si no tienes a nadie,

¿por qué más luchar?

Traté de cuidarme,
quería que me veas desde allá

como la chica de antes.

Me arde;
Me quema;
Me duele.

Detrás de todo lo negro,
veo lo claro.

Pronto iré a tu encuentro.
Ya no desperdiciaré más lágrimas en vano,
No pasaré más sed y hambre.

Mateo
Podré besarte
Y en tus hombros poder recostarme.

¡Tengo tanto que contarte!

Logré conocer a muchas personas.

Me ilusioné con alguien.
Y cuando mi corazón terminó de resquebrajarse,
No estuviste ahí para consolarme.

Sí, mi Mateo.
Siempre te he querido.

Más que a nadie,

más que las ganas de conocer París y a mi padre.

Ya lo he soltado,
De mis labios han escapado
el secreto que no llegaste a oírlo de mis labios.

Te quiero tanto.
Te extrañé siempre.

¡Espérame!,
Que ya llego dentro de un poco tiempo.

Me sentaré a tu lado,
Dejaré que vuelvas acariciar mi cabello más largo.


Te contaré todo lo que en este año
te has perdido a mi lado.

Mi Mateo
Debes la paciencia dilatar.

Mi corazón bombea menos,
Deduzco que pronto ya estaré en el cielo.

Soportaría todo este sufrimiento,
Con tal de volver a ver tu sonrisa fascinante.

Y es que soy una niña grande,
Que trata de salir adelante,
Aunque caminar ya ha de ser debilitante.

Dejaré huellas en este mundo,

el cual ha de haberme tocado el más miserable.

Será impresionante,
Solo porque tú estarás ahí para escucharme.

Mateo,
No he hablado de ti, a nadie.

¿A quién yo he de contarle?

Si las mejores historias

solo debe confesarse a quien se quiera a mares.

Y tú...

Y tú has sido el único quien yo he amado a mares.

Tan lejos como el océano, sin conocimiento de su final.

Ahora solo te digo:
"prepárame un espacio".

Al fin podré estar donde debía ir antes.

Las estrellas estarán al tacto de mis manos,
la luna podré besarla.
Y en las nubes podré acostarme,
sin preocuparme de un mañana.

Mateo
Ya pronto iré a visitarte,
Para nunca más volver a dejarte.

Ni tú a mí,

Ni yo a ti, por nadie.

GRITOS CANTADOSWhere stories live. Discover now