No elegimos de quien nos enamoramos.

2.9K 55 17
                                    




Nora no podía creerlo. Ella que le había dicho a Viri mil veces que pasará de Alejandro, que no era ni la mitad de guapo de lo que se creía, que solo era un fuckboy, que no se la merecía. Y ahí estaba ella, en la misma situación que su amiga. Suspirando por un tío que iba marcando a las chicas como si fueran trofeos de los que poder presumir.

Nora no era tonta y sabia en cuanto vio a Alejandro que el chico tenía un cartel de peligro escrito en la frente pero aun así había sido tan idiota como para dejar que se acercara a ella, tanto que la chica había caído en sus redes. Era gilipollas. Ella, enamorada del cliché andante del instituto. Si se lo llegan a decir hace tres meses se hubiera reído. Pero aquí estaba, con un nudo en la garganta porque acababa de ver a Alejandro besando a Inés.

El timbre sonó y Nora volvió a la realidad. Tenía ingles con Eva, así que las dos chicas decidieron poner rumbo hacia la tercera planta donde se encontraba el aula de inglés, no sin antes despedirse de sus amigas.

-Oye, ¿estás bien?- Fue Eva la que hablo primero.

-Si. ¿Por qué lo preguntas?- Nora intento poner su mejor sonrisa pero a Eva no le pasó desapercibido el dolor en sus ojos.

-Sabes que sea lo que sea me lo puedes contar ¿verdad?- Dijo Eva preocupada. Sabia o al menos intuía que era lo que le pasaba a su amiga y no quería verla así. Nora había sido un grandísimo apoyo para ella cuando todo el mundo le dio de lado, así que de una forma o de otra, quería devolverle el favor.

-Por supuesto, pero ni te ralles que no me pasa nada.

-¿Seguro?

-Te lo prometo.

-No prometas cosas que no puedes cumplir.- Le dijo Eva antes de entrar a clase y le guiño el ojo.

 

Nora lo pensó, Eva siempre había estado delante cada vez que Alejandro se había acercado a ella y tampoco era tonta, la conocía mejor que ninguna, quizás le vendría bien hablar con ella, pero hablar de ello significaría que lo que estaba sintiendo era más real de lo que quería admitir.

 

Alejandro estaba en la fiesta que habían organizado las chicas de primero para irse de viaje de fin de curso y aunque les había dicho a sus amigos que fueran porque era una fiesta y seguro que iban cantidad de tías buenas, en su mente últimamente siempre estaba la misma.

Nora, la única que había sido capaz de enfrentarse a él para defender a su amiga y de decirle lo que realmente pensaba a la cara. Desde ese momento, Alejandro no se la había podido quitar de la cabeza y si en un principio solo fue un reto y el morbo de saber hasta dónde llegaría sin caer rendida a sus encantos, todo había cambiado en la fiesta de nochevieja donde le había ofrecido llevarla a casa y esta había aceptado.

Todavía no sabe muy bien porque lo hizo, pero cuando se estaban despidiendo y como no sabía cómo retenerla para poder estar unos minutos más con ella, acabo contándole lo de su madre. Algo que solo su mejor amigo Christian conocía.

Se sintió idiota contándole su mayor secreto a alguien que había demostrado en varias ocasiones que lo detestaba. No lo hizo para justificarse, pero ver a su padre así esa noche fue la gota que colmó el vaso y sentía que si no lo hablaba con nadie se iba a volver loco. Y como era de esperar Nora le dio un sabio consejo: "Tienes que ayudar a tu padre y no alejarte más de él. Porque ahora mismo es cuando más te necesita." Y así lo lleva haciendo desde que esa noche volvió a su casa. La relación había mejorado muchísimo en muy poco tiempo y ni si quiera le había dado las gracias a la persona que lo animo a ello.

-Bro, ¿en qué piensas?- Era Chris, que acababa de llegar del baño.

-En nada.- Dio un sorbo a su copa porque si alguien lo conocía bien, este era su amigo.

No elegimos de quien nos enamoramos. NorandroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora