Agua ▪ One-shot (ALBALIA)

AGUA

Lenta y tortuosa caía el agua sobre mi cuerpo. Lenta y tortuosa. Limpiándome el alma más que el cuerpo. Últimamente pocas cosas me daban tanta paz como ducharme. Casi podría pasarme horas en la ducha. Lenta y tortuosa transitaba mi conciencia los mismos pensamientos. Una y otra y otra vez. Sin descanso. Transitaba sus miradas, sus rasgos y sus sonrisas desinteresadas. Repasaba nuestras interacciones del día, pensaba en qué nos depararía el siguiente y así pasaban los días en aquella falsa rutina. Necesitaba distraerme pero pasaba el día tan metida en mi canción y en las actividades de la academia que cuando mi mente desconectaba toda mi atención se diluía en ella, en todo lo que podría pasar si las cosas fueran distintas. El agua seguía con su función y yo me concentré en las gotas que hacían carreras infinitas en el cristal de la ducha. Lo que sea menos pensarla, necesitaba un descanso.

Poco a poco mis músculos se fueron relajando a medida que el cubículo se llenaba de vapor por la temperatura del agua. Entonces empecé a cantar, casi susurrando. Los versos se deslizaban por mi boca y empecé a subir el volumen.

I'm jealous of the rain
That falls upon your skin
It's closer than my hands have been
I'm jealous of the rain
I'm jealous of the wind
That ripples through your clothes
It's closer than your shadow
Oh, I'm jealous of the wind

Sonó un leve ruido pero no le di importancia, estaba muy metida en la canción.

'Cause I wished you the best of
All this world could give
And I told you when you left me
There's nothing to forgive
But I always thought you'd come back, tell me all you found was
Heartbreak and misery

Entonces se me unió una voz y dejé de cantar. Abrí los ojos y la vi a través del cristal, cantando.

It's hard for me to say, I'm jealous of the way
You're happy without me.

Acabó y me miró directamente a los ojos. No sé describir lo que su mirada me provocó, no sé si se puede sentir ternura y excitación a la vez.

- No pares, por favor. Era precioso. - dijo Natalia con una sonrisa.

- Me da vergüenza, Nat.

- Albi, te escucho cantar prácticamente todos los días. –agrandó su sonrisa, me quería matar.

- Ya, Nat, pero con ropa. – y creo que no se había dado cuenta de mi desnudez hasta entonces ni del cristal, que dejaba ver absolutamente todo, pero nada más escucharme se sonrojó y apartó la vista.

- Eh, perdona, yo...

- Tranquila, Nat, no pasa nada.

- Voy, voy a ducharme. – balbuceó aún con su mirada en el suelo.

Yo iba a ducharme rápido para salir de semejante situación, pero mi morena comenzó a desvestirse ante mí y mis ojos no pudieron evitar pasearse por su perfecto cuerpo. Su espalda ligeramente musculada y su piel aún morena a pesar de que hacía un par de meses que no veíamos la luz del sol, casi podía sentir su suavidad aún sin tocarla. Se agachó para quitarse las bragas y me dejó una visión de su culo que me quitó el aliento, a ella no le gustaba pero para mí era perfecto, todo en ella lo era. Y sus piernas largas, me imaginaba recorriéndolas a besos y se me erizaba lapiel. Hasta su nuca me excitaba, su pelo recogido me daba una visión de su cuello que me hacía pensar en cómo se lo mordería hasta hacerla gemir. La temperatura estaba subiendo y ya nada tenía que ver con el calor que emanaba del agua. Ahora se concentraba en otro punto.

Natalia se giró y casi se podría decir que me la comí con la mirada. Volví a recorrer sus piernas que me parecían incluso más apetitosas por delante. Llevaba meses sin echar un polvo y mi cuerpo lo notaba. Llegué a su sexo y contuve la respiración, esta mujer era una diosa. Subí por su abdomen y mi excitación aumentó a la par. Estaba buenísima; ese estómago duro y marcado me producía escalofríos. Sentí cosquillas en mis dedos por la urgente necesidad de tocarlo. Y sus pequeños pero preciosos pechos, quería perderme en ellos. Lamer esa clavícula marcada y subir por ese cuello que me perseguía en sueños. Casi jadeando la miré a la cara y enrojecí cuando me di cuenta de lo que acababa de hacer.