GRITOS CANTADOS

Poema XXIV Nada importa

Cambiemos el tono de los poemas con una de estas.

Se agotan las energías de los sueños pintados en la pared de mi viejo cuarto.
Son solo garabatos al observarlos.

Ya no suman motivaciones,
No busco razones.

La luz del sol ya no cautiva mi atención,
Y el lejano invierno, por más que en ocasiones aparece, no apacigua la tristeza.

Creí que eran las razones de mis sonrisas.
Sin embargo, ni los afiches de mis metas ayudan a levantarme de mi cama.

Cubro mi rostro,
No quiero ver el exterior.

Prefiero llorar,
Aunque ya no salgan lágrimas.

No me importa las notas, ni los libros en progreso,
Menos en quienes me tienen esperanza.

Me quedaré horas recostada,
Sin pensar en la rutina del presente,
Sin recordar que ha de esperarme una escuela, un trabajo.

Quiero que mi cuerpo se apague solo,
Quiero descansar un día, una semana o tal vez meses.

Olvidé mis aspiraciones.
Estoy harta de las sonrisas pintadas,
De las mentiras que hablaba con tal de aparentar ser una joven entusiasmada.

Todos te dan la espalda,
Y aunque pinten su cara de alma samaritana,
Te traicionan por la espalda.

Soy ya rosa reseca,
Sin espinas que las protejan.

Mis sueños,
Las aspiraciones,

Todo lo que en un pasado fue motivaciones,
Hoy solo son garabatos ya olvidados.

Soy una rosa sin color y belleza.

Dormiré sin importante la rutina del presente,
Ni lo que digan la gente.