Dudas resueltas y finales felices.

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San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina. Martes 28 de Mayo del 2019.

Resolviendo dudas existenciales.

Capítulo 9: Dudas resueltas y finales felices.

By Sioa Shun Uchiha-san.

Esa semana en el trabajo había sido más tranquila. El ciclo había terminado ¡Al fin! Takano-san había estado satisfecho con sus teorías respecto a las correcciones de los storyboards y finalmente, el día jueves de esa semana, su jefe le había informado que le sería asignada una autora novata. Ese mismo día se vio metido en una de las tantas salas de juntas de la editorial Marukawa para conocer a Himura Anne, una joven amable de carácter apacible.

Hervía de felicidad al saber que finalmente era un editor, no un simple asistente, aun así Takano-san había asignado a Onodera-san como una especie de supervisor, estaba a gusto con eso, después de todo aun era demasiado nuevo y aunque estaba feliz le daban demasiados nervios no hacer bien su trabajo con su primera autora, la emoción y las ansias se mezclaban creando sentimientos complicados de explicar.

Después de su charla el fin de semana anterior con su novio las peleas habían disminuído, ahora solo estaban las discusiones cotidianas respecto a que Usami dejara de fumar al mismo tiempo que bebía café, o que dejara de confundir la tazas para líquido caliente o frio, desacuerdos comunes de toda pareja que convive, desde el típico "Ya te dije que sacaras las sábanas tres veces" hasta él "¡Déjame tranquilo que estoy cocinado" cuando su escritor se disponía a acosarlo cuando estaba preparando la cena.

La semana había transcurrido con tanta normalidad que era como un pequeño bálsamo de paz en su siempre caótica existencia. Él era un chico ordinario, tan común como cualquiera, pero su vida parecía estar siempre vinculada a rarezas y dificultades que nada tenían de normales. Tanta tranquilidad no era algo tan bueno, era como la quietud que se siente antes de una tormenta.

Ese día sería el día ¡El fatídico día! No estaba preparado, toda su paz interior estaba trastocada. Alzó la vista desde su cubículo de trabajo al reloj de pared, en solo media hora saldría de la oficina y sabía que Usami Akihiko estaría esperándolo en la entrada en su flamante deportivo rojo para llevarlo al matadero.

Bueno, estaba exagerando, no iría al matadero pero si se sentía como si cargara en sus hombros con el peso de un condenado a la horca. El fin de semana anterior, no sabía qué clase de espíritu lo había poseído y había tomado una determinación peligrosa. Había decidido que ese viernes hablarían ambos con su hermano sobre su relación.

Todas sus dudas estaban bullendo en su mente como si se tratara de un caldo de pollo al fuego, Usagi le había dicho que no debía preocuparse, que todo saldría bien, esas grandes manos frías que parecían calentarse paulatinamente mientras más tiempo juntos estaban paseándose sobre sus cabellos si que lo calmaban, pero era algo momentáneo, ahora mismo no se sentía para nada relajado.

Estaba revisando las líneas generales el argumento del tomo unitario que su primera mangaka a cargo sacaría pero no podía concentrarse. Simplemente seguía reproduciendo en su cabeza la desagradable imagen del rostro decepcionado de su hermano.

Ya le habían avisado a Takahiro que irían esa tarde y que probablemente se quedarían a cenar, su hermano tan amable y cálido como siempre había celebrado la idea alegando que Mahiro y su esposa estarían muy felices de verlos, ya que hacía un tiempo desde la última visita.

Las agujas del reloj seguían su curso marcando el paso inexorable del tiempo que lo llevaría a afrontar su realidad y las decisiones que como él adulto en formación que hera había tomado y de las cuales ya era tarde para retractarse.

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