lazos de sangre

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  • Dedicado a Esmee Galvan
                                    

by-lizbeth arena (yoselin santana)

Lynn era una joven de 15 años, responsable, estudiosa,  y agradable con los demás. Una chica con ganas de vivir una vida larga y con muchos sueños que cumplir.  Era muy hermosa, tenía el cabello castaño y unos ojos muy hermosos de color verde. Un día se levantó con ganas de empezar un nuevo día. Se puso su uniforme escolar, desayunó sus tostadas con mermelada con un vaso de leche y se dirigió, hacía su instituto. Allí estaban sus amigas en la puerta esperándola, se acercó a ellas dándolas los buenos días enérgicamente. Tocaban las asignaturas más aburridas a las primeras horas y aun así Lynn siempre se mostraba atenta en clase, solía ayudar a los compañeros y amigos con dificultades, o los animaba cuando los veía tristes, ella era un encanto de persona, sin duda.

Llegó la hora del recreo, y se reunió con sus amigos. Lynn llevaba unos días prestando atención durante el recreo a un chico nuevo que hace como una o dos semanas llegó al instituto, siempre se sentaba solo en un banco. Ella pensó que quizás era tímido y le costaba hacer amistades así que decidió acercarse a él para conocerle.

— Ahora vengo...voy a hablar con ese chico— Dijo a su grupo de amigas.

— ¿Ese chico? Es nuevo...al parecer es demasiado guapo...si te conviene Lynn— Dijo una de sus amigas.

— Vamos, ¡no digas tonterías!

Lynn se alejó de sus amigas y se acercó al banco donde estaba sentando el chico mirando hacia el suelo.

— ¡Hola! — Le dijo Lynn  con una dulce voz.

El chico, sobre saltado alzó su cabeza para mirarla, y por un momento se quedó callado hasta que logró corresponder seriamente el saludo de la joven.

— Hola...

— Perdón que te salude así de repente...Es que noté que llegaste aquí hace pocos días y quería presentarme...me llamo Lynn! ¿Y tú eres?...

— Me llamo Ren.

— ¡Encantada Ren! — Ella ofreció su mano para estrechársela amigablemente y él acercando la mano a la suya lentamente se la estrecho con suavidad.

— Encantado también, digo eres muy bonita como para acercarte a mi—dijo con una ceja levantada.

— mmm gracias, digo, Debe ser algo duro venir a un instituto nuevo sin conocer a nadie... ¡Pero seguro que pronto te adaptaras y harás un montón de amigos!

— Si, pero pues, es la costumbre.

Sonó el timbre del instituto, y los alumnos empezaron a moverse para dirigirse a sus aulas.

— Bueno...se acabó el recreo... ¡ha sido un placer Ren! ya hablaremos más otro día. ¡Si necesitas ayuda o algo no dudes en avisarme! ¡Seguro que seremos buenos amigos!

Ella se alejó volviendo con su grupo de amigas para dirigirse a clase mientras agitaba el brazo despidiéndose de él, y él miraba como la chica se iba alejando.

Desde ese día, siempre iba a saludar a Ren, en los recreos y hablaba un rato con él. El chico no era muy hablador, casi siempre Lynn era quien le contaba cosas y él se quedaba simplemente mirándola y sonriendo.

Después de un duro día, Lynn se fue a dormir temprano pues estaba totalmente agotada de estudiar, y durmió del tirón. Ella solía dormir profundamente, y rara vez se despertaba en medio de la noche...pero...esa noche, se despertó, con una extraña sensación de que alguien la estaba observando. Miró su despertador y  eran como las 3 y media de la madrugada. Se levantó y fue hacía su ventana para abrirla y asomarse por el balcón, que daba hacía el jardín trasero de la casa. Ella miró todo el jardín, sin ver nada extraño.

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⏰ Última actualización: Sep 03, 2015 ⏰

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