Las cosas no podían estar peor para Jimin, después de haberse derrumbado de tal manera a las afueras del edificio de Namjoon todo parecía tener un nuevo color, uno más gris, igual a las nubes del cielo que se encontraban grises en ese momento, muy posiblemente estaba a punto de llover, Jimin no supo en qué momento aquellas nubes llegaron a nublar el maravilloso día que hacía momentos atrás y solo supuso que era un tanto justo porque en su interior ya no había sol y el clima simplemente lo estaba acompañando en su muy desastroso día.
Con pasos lentos se dirigió nuevamente a su casa, con un último suspiro de tristeza por su muy roto corazón tomó asiento en la estación de autobús, estaba empezando a pensar que no fue una muy buena idea el haberse negado al muy generoso ofrecimiento de sus padres de comprarle un auto, ahora el arrepentimiento era grande, debió haber aceptado, ¿qué color debió haber escogido? ¿uno rojo o blanco tal vez?, tan ensimismado en sus diversos pensamientos estaba que no se percató del insistente zumbido de su celular que insistentemente vibraba en su bolsillo de pantalón, al percatarse lo tomo para contestar la llamada pero al ver el nombre en la pantalla el cual no quería leer en ese momento estaba en ella centelleando, Namjoon lo estaba llamando insistentemente. Unas tres llamadas sin contestar fue el resultado de sus insistencias antes de que le enviase un mensaje.
Namjoon
¿Dónde carajos estás? A qué hora vas a poner tu culo en mi sala, te estoy esperando con el desayuno listo.
Tentado a mandar un cortante mensaje como: No quiero interrumpir tu mañanero con Jin, guardo su celular nuevamente, no quería contestar el mensaje, ya las cosas entre ellos estaba mal según su punto de vista como para demostrar lo celoso que estaba en ese momento, pero más que ello era el sentimiento de sentir su corazón destrozado y lo peor de todo es que ni siquiera tenía el derecho de tenerlo así y mucho menos de reclamar su estado.
Las cosas siempre estuvieron claras entre ellos, amistad y nada más que eso. Sexo de vez en cuando y eso solo aplicaba cuando ambos estaban solteros, podían estar con otras personas de forma casual pero nada de celos, esas eran las reglas que ambos hicieron. En su tiempo a Jimin le parecieron justas y para nada difíciles de poner en práctica pero todo se fue al carajo cuando estúpidamente se vio enamorando de Namjoon y ni siquiera se dio cuenta de cuando pasó.
Al entrar a casa era un manojo de sufrimiento en dos piernas, eso hasta que captó un aroma que hizo a su lobo levantarse de forma abrupta en su interior.
La mayoría de veces cuando se sentía mal por Namjoon su lobo no le prestaba mucha atención, de echo hasta se podría decir que hasta lo ignoraba por completo, sin embargo ahora su lobo estaba atento y listo para saltar encima del portador de ese aroma tan especial, uno que corría lentamente en raras ocasiones y casi siempre se desvanecía en el aire como si no quisiera ser atrapado y ahora estaba en todo su esplendor, tan intenso, tan delicioso, tan agradable y sobre todo tan masculino. Sin tener voluntad propia Jimin camino directamente de donde venia ese delicioso aroma, pero solo pudo dar unos tres pasos antes de que se viera a si mismo debajo de un gran lobo negro.
El lobo no estaba en sus sentidos o eso pensó Jimin, pues el chucho empezó a restregarse por todo su cuerpo y muy lejos de disgustarse le agradaba que el lobo está impregnando cada parte de su cuerpo con ese exquisito olor a pino con un toque ligero a lluvia, ese olor que estuvo cazando por mucho tiempo estaba ahí encima de él y por mas que sabía que lo que estaba haciendo el lobo estaba por mucho muy mal, no tuvo la fuerza de voluntad para no alejarlo y solo se quedo ahí dejándose impregnar por él.
De un momento a otro ya no era un peludo cuerpo el que estaba encima de Jimin, ahora la suave piel y los fuertes músculos estaban en lugar del lobo. Jimin tenía los ojos cerrados, pues un ligero sentimiento de temor se instaló en su cuerpo, sabía que posiblemente Yoongi no estaría en casa y ahora estaba solo, con un alfa encima de él y por mas que quisiera sacarlo de encima, simplemente no podía hacerlo, su lobo estaba eufórico en su interior y ávido por ponerse de panza y al mismo tiempo inquieto por restregarse por todo ese cuerpo que estaba desnudo.
Unos suaves labios empezaron a rozar la piel de su cuello y ahí fue cuando toda la cordura de Jimin salió de su cuerpo, ya no quería contenerse, ya no podía hacerlo y solo se dejo hacer, haciendo la cabeza a un lado le permitió al alfa tener más espacio y de un cierto modo le dio permiso de dejarse hacer lo que sea que estuviera dispuesto a hacerle, pero eso no llego, los suaves labios en vez de acercarse más, se alejaron y sólo ahí Jimin se atrevió a abrir sus ojos, todo para darse la sorpresa de su vida.
Las miles de palabras que quería pronunciar en ese momento no salían de su boca y mucho más que palabras eran insultos los que querían salir, pues resultó que el chucho y ahora alfa que estaba encima de él resulto ser Yoongi, el mismo estúpido Yoongi que ahora lo miraba con esos intensos ojos negros y con esa estúpida sonrisa ladina, con ella en su rostro solo hacía hervir su sangre en una ira infinita. Jimin logro empujar a Yoongi de encima y ponerse de pié, por más que su lobo quiso interferir en su huida no dejo que ese chucho melindroso tomara partido en nada.
- Eres un imbécil-logró decir antes de dirigir sus pasos hacia su habitación y encerrarse en ella con un fuerte golpe cerrando su puerta.
ESTÁS LEYENDO
Unclothed (Omegaverse)Yoonmin
FanfictionJimin es un omega que disfruta de sus días cuando sus padres no están en casa, sobre todo porque puede ir y venir sin ropa por todas partes, pero cuando Yoongi llegue ¿Dejará su costumbre?. - ¿Jimin? - Dime. - ¿Puedes ponerte al menos ropa interior...