Mi mayor deseo

Capitulo 2

—Y no puedo entender porque las orugas después se pueden convertir en una bella mariposa y yo aun sigo sin cambiar mi aspecto de cara de mapache—comenta Lester. No sabia porque metía a un mapache en sus absurdos comentarios.

Ya había pasado una semana desde que entre a la universidad y empece clases, nunca pensé que estaría sentada con cuyo chico finge no saber que esta de lo mas guapo y hace ese tipo de comentarios, o que ya tengo una nueva compañera de cuarto que no están agradable o que seria buena en artes básicas.

—Creo que es porque aun no ha llegado tu tiempo de florecer—le contesto, el me ve con cara de pocos amigos y después sonríe con todos sus dientes.

—Ohh Nie, era sarcasmo. tu sabes que estoy para comerme—niego con la cabeza por su comentario y termino de comer lo que tengo en mi plato.

Al terminar de almorzar con Lester nos dirigimos a mi habitación para poder terminar con los trabajos que teníamos pendientes antes de empezar con los exámenes  del primer semestre.

—Hoy abra fiesta en la fraternidad de las BABY—me dice Lester con su mirada en el celular donde salia el evento.

Volteo mis ojos, porque no tenia ganas de salir a festejar y ademas teníamos muchos trabajos. y lo mas importante es que las chicas de esa fraternidad no me caen tan bien que digamos. Eran las típicas chicas populares de las películas que ves de adolescentes aparte se la pasan de fiesta en fiesta.

—Ni se te ocurra, que iremos—le advierto.

—Vamos nena, no seas aguafiestas—Me abraza y me da un beso en la mejilla.

—Y tu crees que con un abrazo y un beso me convencerás.

—Pero lo intento.

Me guiña el ojo izquierdo y me vuelve a dar un beso en la mejilla.

Yo niego con la cabeza y me adentro a la habitación.

—Tenemos mucho que hacer—le digo, dejando mis cosas en el piso.

El se tira  a la cama quedando boca abajo y dejándome ver su hermoso trasero.

—Vamos Nie, tenemos una semana para presentar el trabajo—dice.

En eso tenia mucha razón, pero el trabajo era la excusa perfecta para que el no me arrastrada a esa fiesta.

...

— ¡No esta de poca! —exclama Lester, ya que por lo alto que estaba la música no podía hablarme con voz suave.

Ya se, dije que no vendría a la fiesta de las básicas, pero Lester es muy bueno saltándose con la suya.

—No creo que dure mucho tiempo aquí—le digo, ya sentados en un mueble que se ubicaba afuera de la casa llena de personas drogadas y borrachas.

Lester pasa su brazo atrás de mi cuello, para luego ubicar su boca a mi oreja y susurrar.

—Te ves hermosa con ese vestido rojo Nie.

Si yo no estuviera enterada de que a Lester le gusta el sexo masculino, por poco con ese comentario me hubiera puesto de lo mas roja, pero como sabia que de verdad me miraba de poca, solo sonríe y le agradecí dándole un beso en la mejilla.Parecíamos una pareja en plena etapa de enamoramiento.

Pero me fijo en aquellos ojos verdes que no me quitaba la mirada de hace unos minutos al salir de la casa, se encontraba en la esquina de juegos, donde se encontraba los chicos de la fraternidad los AlCONES. No puedo negar que esos chicos estaban de comerse con todo y tortilla. Por un momento veo a Lester conversando con unos chicos que acaban de sentarse a la par de nosotros, me fijo de nuevo para ver si me sigue viendo. Y lo observo aun con su mirada en mi y me sonrojo.

¿Porque me seguía viendo? Acaso tenia algo en la cara.

Para salir de esa tensión en la que me encontraba, me levanto por algo de tomar.

—Iré por algo de tomar—le informo a Lester, el asiente y me sonríe.

Al entrar a la casa, veo que hay mas gente de la que había antes. Paso por en medio de toda esa multitud. Al entrar a la cocina, observo varios chicos de la universidad y otros que no conocía.

Saco una coca cola del refrigerador, cuando siento alguien atrás de mi. al voltearme observo aquellos ojos verdes.

—¿Porque tomas eso en vez de una cerveza?—pregunta con un sonrisa burlona.

Porque no puedo contestarle, porque me he puesto nerviosa.

Vamos relájate y contesta.

—No consumo alcohol—le contesto pasando de el y saliendo de la cocina.

Al ver que debo de pasar de nuevo por la multitud de personas restregando su cuerpo con otro, me dio hasta asco.

—Pero porque corres.

Porque me estas siguiendo, que quieres.

—No estoy corriendo.—Le contesto dándome la vuelta para tenerle de frente.

Le regalo una sonrisa, entiendo es el típico chico que cree que las chicas las tendrá a su merced. Y pueda que yo sea una de esas. Pero jugare con el un poco.