[𝟎𝟏] 𝐁𝐢𝐫𝐭𝐡𝐢𝐧𝐠.

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Un grito y otro, y otro, un gemido, un jadeo, otro grito más, pero luego un llanto, un llanto entre el dolor a modo de alivio, un llanto que pareció ir al unísono con otro más. Una sonrisa cruzó mis labios, lloraba, mi pecho se movía eufórico y, agotado, extendí mis manos hacia mi pareja exigiendo a quienes tenía en brazos. Dos niñas que se habían calmado al ser tomadas por ambos padres. Llevé mi mano a la cabeza de una, acariciándola para luego agachar mi rostro, buscando olerla, frotando mi nariz y una de mis mejillas contra la suya con cuidado, impregnándome de su aroma. Lo mismo repetí con la otra mientras el chico acariciaba mi abdomen.

Me giré con sumo cuidado, recostando a ambas sobre la arena y esta vez fue el chico quien repitió mis acciones. Mi dragón contempló las escena teniendo cierto miedo a que se les hiciera algo, pero en cambio vió como sus ojos brillaron y se recostó al otro lado de las crías, aceptándolas.

Mi cuerpo respiró calmado y mi mente solo pasó a centrarse en los pequeños cuerpos, ronroneé llamando la atención del más alto y volviendo a necesitar que las mirara como si no lo hubiera hecho ya. Sonrió acariciando la cabeza de ambas que ahora dormían, mi dragón le miró expectante, enternecido mientras aún se hallaba tendido, cerrando los ojos en ocasiones tras saber que el miedo al rechazo del alfa no sucedería.

Acarició la silueta que formaba mi lateral saltando con la mirada de mí a ambas criaturas, pero mis ojos no tardaron en cerrarse con aquella imagen, cansado, tanto el dragón como yo, pero alegres a la vez aunque no por demasiado tiempo.

Sentí como alcanzó a frotarse contra mi mejilla de nuevo, logrando volver a captar mi atención a la vez que despertarme aunque mi dragón se hubiera escondido probablemente para descansar. Su fuego brillaba en sus ojos que desprendían calor. Gruñí y reí leve, bajando la mirada hacia las crías, pero pronto volví a mirar al frente en cuando él buscó alzar mi rostro hasta estar paralelo al suyo, inclinándose y tomando mis labios en un beso desesperado, pero con cuidado de molestar a los dos cuerpos que descansaban.

Seguí su beso pero siendo imposible para mí continuar su velocidad. Cada vez que se separaba miraba mis labios y luego a mis ojos no sabiendo dónde centrar su atención. Las crías se mantenían calmadas a mi lado, pero eso no evitó al segundo moverse con cuidado hasta estar sobre mí y hundir su rostro en mi cuello pareciendo necesitar aquel olor que yo emanaba.

Su aroma aumentó y el de las crías pareció haberse sofocado hasta que se separó de mí con una mirada fija en mis ojos. Giré mi rostro manteniendo la sonrisa que le había regalado al que estaba sobre mí, pero borrando aquello en cuanto no encontré nada, solo un leve olor. Miré al chico de nuevo, asustado y un gruñido resonó desde el fondo de su garganta, él tenía su ceño fruncido, pero parecía no notar la ausencia de las niñas.

Mis ojos se cerraron en cuanto sentí algo caer sobre mí, mojándome, y un gruñido resonó en mis oídos, uno que podría romper los oídos de cualquiera, algo desgarrador. Al momento no sentí nada, ya ni siquiera el anterior olor de las crías que era tenue, aunque el fuego que vivía en en el interior del alfa sobresalió una vez más. Me hallaba aún tendido y mis ojos se abrieron para encontrarme con el dragón volando sobre la playa frente a varias figuras humanas. El dragón no se atrevía siquiera a acercarse a las figuras, pero sí me miraba como si me esperara.

Mi cuerpo quiso moverse, pero no lo hizo si no que en cambio volvió a ser bañado de nuevo. Comencé a tiritar en el lugar incapaz de levantarme, pero sí encogiéndome sobre mí mismo. Miré ido a mi alrededor y varias figuras me observaban, rodeándome mientras que yo ni siquiera era capaz de mantener mis ojos abiertos. Abrí mi boca, pero nada salió de ella y supliqué para que mi dragón despertara, pero este había desaparecido.

Cerré los ojos y por fin mi cuerpo pareció cobrar conciencia, pero no por cuenta propia si no por otros, siendo arrastrado hasta no sentir la arena bajo mis pies. Mi cuerpo volvió a estar recostado sobre algo que se elevó y me sujetó. El aire cambió y el fuego se alejó.

Mis ojos se abrieron, pero mi vista estaba nublada, destellos se balanceaban pero nada era claro. Ruidos indescriptibles parecían interactuar entre ellos, todos diferentes, pero siendo acallados una y otra vez por el grito desgarrador del dragón, un dragón que buscaba a su pareja.

𝐒𝐜𝐚𝐥𝐞𝐬. [𝐉𝐢𝐦𝐒𝐮]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora