👀Único👀

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Yugyeom comenzó a desempacar sus cosas y dejarlas en su cama, separando las que estaban sucias. Odiaba el desorden, aunque a veces olvidaba ordenar; mientras hacía eso la puerta principal se abrió, erizando la piel de Yugyeom. Bambam le había dicho que iría a casa de su novio y siempre se quedaba una semana mínimo.

- ¿Bambam? ¿Olvidaste algo, idiota? -sonrió caminando hacia la sala, donde un chico de tez pálida se hizo ver, recostado en el sofá, mientras en sus manos tenía un libro y el control de la televisión. Ambos se miraron algo asustados, ya que ninguno sabía quién era el otro. - ¿Quién rayos eres tú? -preguntaron al unísono-, pregunté primero -volvieron a hablar en sincronía. Yugyeom algo enfadado se acercó -Escúchame idiota, seas quien seas, debes irte. No sé cómo mierda entraste a MI -enfatizó el mi- casa, pero debes irte antes de que llame a la policía.

En los ojos del chico intruso se pudo ver como en un segundo se relajaba. -Eres el pequeño Gyeomie, maldición, estás que ardes -lo miró como si le hiciera rayos x y luego volvió a los ojos del otro chico, sonriendo coquetamente -. Siglos sin verte.

- ¿Quién mierda eres tú? -preguntó Yugyeom cabreado.

Jinyoung se sentó en el sofá, dejándole un espacio al chico que lo miraba mal. -Bueno, me siento algo dolido porque me olvidaras, pero lo perdono solo porque tu mirada me acaba de mover un poco -le guiñó, haciendo sentir incomodo a Yugyeom-, mi nombre es Park Jinyoung, más conocido como Jin hyung o cariño, como gustes decirme estoy bien.

Yugyeom pensó en el nombre y el rostro del hermanastro de Bambam pasó por su cabeza, lleno de acné y siendo un ángel de persona. -Tú no eres mi hyung, idiota. Lárgate.

-Para tu mala suerte estaré aquí algunos días, buscando departamentos, ya sabes. Llegar a Seúl no es muy fácil -Jinyoung miró hacia la televisión y cambió el canal-, debe estar por salir Jaebum hyung, si quieres puedes unirte -palmeó el lado del sofá, pero Yugyeom rechazó la oferta aún observándolo -, chico enserio, si sigues mirándome así puede que me llegues a gustar y ninguno de los dos quiere eso.

El menor suspiró derrotado, dando una media vuelta y caminando hacia su habitación, mientras le enseñaba el dedo del medio, haciendo sonreír a Jinyoung.

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Algunos días después apareció Bambam con su maleta en una mano y la mano de su novio en la otra, sonriendo como si no hubiera iniciado una guerra sin darse cuenta.

-Buenos días idiotas -sonrió mirando hacia la cocina, donde Yugyeom estaba apoyado preparando café y Jinyoung estaba recostado viendo su computadora muy concentrado-. Debiste decirme cuando llegabas y así darte la noticia de mi bro -Jackson, el novio de Bambam corrió hacia Jin sonriendo como un perrito en busca de su amo, molestando un poco al tailandés-. Yugy lamento si mi hermano te molestó, luego de irse a su campamento gay las cosas cambiaron para mal -suspiró con tristeza fingida-, hubieras visto como estaba mamá con él trayendo cada día novio distinto.

Jinyoung escuchó eso y sus cejas se fruncieron demostrando molestia. -Bambú no deberías mentir con eso, te crecerá la nariz.

-Ya sabes lo que dicen de una nariz grande, hyung -sonrió divertido-, como sea. Yugyeom enserio lamento no haber avisado...

-Jin-ah te ves muy guapo cuando estás concentrado -dijo Jackson mientras le acariciaba el cabello a su amigo.

Bambam y Yugyeom miraron la escena algo celosos. -Wang suelta al idiota de mi hermano, no te traje para que lo acariciaras a él -el tailandés caminó hacia el sofá y comenzó a acariciar las mejillas de su novio, provocando que el chino cerrara sus ojos-, vamos a la habitación, puppy.

La pareja salió disparada a la habitación del menor, dejando a un asqueado Jinyoung y a un envidioso Yugyeom.

-Saldré -fue todo lo que el menor tuvo que decir para tener toda la atención de su mayor, quien lo miró levantando una ceja-, así que puedes cerrar con llave la puerta principal, no regresaré -tomó las llaves de la mesita que estaba junto a la puerta y se despidió con la mano, saliendo sin mirar atrás. Sin darse cuenta que Jinyoung jamás apartó la mirada de él.

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