Capitulo 3

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Sus suaves labios a sabor alcohol se profundizaban mas al tiempo en que el subía su mano por mi espalda, su lengua exploraba toda mi boca, me pego aun mas a su cuerpo, sintiendo su piel contra mi piel. Su mano derecha dándole leve masajes a mis senos.

¿Pero en que momento termine en la cueva del lobo?

—Tengo que irme digo—separándome de golpe, al darme cuenta que no podía dejarle ganar el juego.

Voy en busca de mi vestido y mi sostén.

—Así que eres de esas—dice, volteo para verlo y sus ojos tiene un brillo de puro deseo.

A que se refiere con que soy de esas, no le conteste porque lo único que quería hacer era desaparecer de ahí lo antes posible. Me coloco mi sostén y mi vestido. Y me dirijo a la puerta cuando unas manos me sostiene antes de salir.

—¿Me ignoraras?—pregunta. lo veo y ahora su semblante es diferente, como que si no supera saber que hacer conmigo o como entenderme.

Ahí esta, voy ganando.

—Me tengo que ir—contesto safandome de su agarre.

Bajo casi corriendo las gradas, me dirijo hacia la parte trasera de la casa para ir por Lester y salir de esa fiesta. Pero no lo encuentro, saco mi celular de mi bolso de mano y veo que tengo diez llamadas de el. ya son las tres de la madrugada.

¡Que hago ahora!

Pero sus besos, por todo mi cuello. Sus manos tocando cada parte de mi.

Mando a volar esos pensamientos y me concentro. No tengo ese derecho, de soñar con el o pensar en el. Esto es solo un juego. Me repito para creérmelo.

Me limito a salir y caminar hasta los dormitorios de la universidad, la suerte de que la fraternidad estaba en el mismo condominio me tranquilizaba.

No estaba borracha porque no bebí ni una gota de alcohol, pero como deseaba haberlo estado. No es que hubiera pasado el limite con ese chico de hermosos ojos verdes que aun no sabia su nombre. Pero el hecho de poder estar consciente y saber que recordare cada minuto me frustraba tanto. Habia decidido jugar con el pero no se si fue una buena idea.


Aser

No podía creer que esa pequeña pelirroja me dejara en ese estado, como puedo aceptar y después darse la vuelta, estaba frustrado nadie se había negado a una noche conmigo y llegaba a ella y lo cambiaba todo.

—Aser que opinas—pregunta Marco.

No sabia que responder, porque desde ayer no dejaba de pensar en esa pelirroja.

—Lo que tu opines—contesto con indiferencia, Marcos asiente con la cabeza y sigue comiendo su cereal.

Estamos desayunando y tomando fuerzas para el día de hoy, y para poder aguantar la cruda.

Lo bueno que hoy solo tenia una clase y era después del almuerzo, podía descansar toda la puta mañana. Pero debería entrenar y eso era aun peor.

Gane una beca de fútbol con mi amigo Marco, venimos del mismo lugar, compañeros desde que tenemos uso de razón. Y gracias a la ayuda de mi padre Marco también pudo conseguir una beca en la universidad Miliciano. También somos parte de la fraternidad ALCONES, con ayuda mi padre que el fue uno de los que fundo la fraternidad en su tiempo de juventud.

—Sabes, ayer vi que la chica con la que estabas se fue caminando—comenta Marco antes de meterse una cucharada de cereal.

Me convencía aun mas que esa chica era un nudo de secretos, pero era valiente quien caminaría a las horas de la madrugada y sola en esta comunidad de adolescentes drogadictos y borrachos. Hasta coraje me daba saber que alguien le pudo hacer algo.

Pero borro esos pensamientos, no debería de preocuparme por ella, no era nada mio mas que un juego. Ella lo había dicho.

Esta bien, juguemos.

Aun recuerdo sus palabras, tan indiferente al decirlo. como si no le importara.

Y fue esa indiferencia la que me llamo la atención, su forma de tratar a la gente que sabe que no quiere buenas intenciones, algo que teníamos en común.

—Te quedaste mudo o que—Marco habla y me saca de mis pensamientos.

—Tenemos que ir a entrenar—cambio de tema, porque no debería de pensar tanto en ella.

Marco agarra sus cosas y nos encaminamos a la muerte de dos chicos con una cruda de mierda.

Mi mayor deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora