Capítulo 12

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-Permíteme -Te retiro la silla para que te pudieras sentar, y una vez sentada, te acerco a la mesa, era todo un caballero.

-Oh, gracias.

Mientras cenabais, no hubo demasiado conversación, ninguno de los dos sabía que decir, los dos os sonreíais y decíais que la pizza estaba deliciosa y de vez en cuando, Liam te decía que esta noche estabas preciosa y que querría parar el tiempo para que esa noche fuera eterna. El era muy amable, nunca hubieras imaginado que sería así la noche, pensabas que iríais a un cine un poco escondido, luego, cenarías en el McDonnalds y te hubiera llevado de vuelta a casa.

-Ven, vamos a tomar el postre en ese banco de ahí, ¿Quieres?

-Sí, suena bien. Fuisteis hasta el banco, entonces, allí, saco unos pastelitos de chocolate, esos que vendían en la pastelería de la esquina de tu calle. -Me encantan estos pastelitos.

-Lo sé, un pajarito me lo dijo. -Ese pajarito estabas segura que era Cloe.

-¿Cómo Cloe ha conseguido tu número?

-No, cómo yo he conseguido su número

-Bueno, lo importante es que tienes mis pastelitos favoritos, y que me los voy a comer todos.

-¿Y no me vas a dejar probar?

-Bueno, porque eres tu -Os comisteis los pastelitos entre risas y felicidad.

Cuando os acabasteis los pastelitos Liam te dijo que la sorpresa no acababa aquí, que te tenía que enseñar una cosa, pero que esperaras, esperaste en el banco, al cabo de unos 20 minutos volvió con una guitarra, la luz de la luna le iluminaba ese rostro, con esa maldita sonrisa pegada a la cara y esa guitarra entre las manos, entonces decidiste que el sería la primera y ultima persona a la que entregarías tu corazón, aún que el amor, no fuese correspondido, eso te daba igual, y es que bien, lo cierto, estabas enamorado de ese chico, un chico del que miles de personas más estaban enamoradas, ¡Que digo miles! Millones. Ese que estaba enamorado, uno de los cinco idiotas de las escaleras, el más sensible y, desde tu punto de vista, más guapo.

-Bueno, __(tn), me da un poco de vergüenza, pero Niall me ha dicho que lo haga, así que lo voy ha hacer, esta canción que te voy a cantar ahora, hasta ahora, nadie la ha escuchado, es la canción que sacaremos de aquí 2 meses, pero quiero que la escuches ya que dice todo lo que siento por ti.

-Que alago, de verdad, me encantará escucarla y perdóname si lloro, solo es que no estoy demasiado acostumbrada a que me canten canciones.

-Oh, entonces seré el primero. -Y empezó a tocarla.

*Your hand fits in mine, like it's made just for me, but bear this in mind it was meant to be.*

Lloraste, lloraste como nunca lo habías echo, en esa canción te identificabas, era como si estuviera echa especialmente para ti, encima, eras la primera persona en escucharla y Liam te la estaba dedicando, y en ella, te decía todo lo que sentía por tí. Era, simplemente perfecto.

-Oh, no llores, por favor, si lloras me haces sentir mal.

-Entiende, que esta canción es perfecta, demasiado.

-Bueno, esta canción te la he cantado, para ahora, pedirte una cosa -¿Que quería-__(tn), ¿Me darías el grandísimo honor de salir cont... -Lo interrumpiste con un beso, un beso largo, de los de verdad, de los que nunca habías dado, bajo la luz de las luna, en un cielo estrellas, con el chico del que estabas enamorada, un momento perfecto, el al principio se quedó sorprendido pero siguió el beso, el primer beso perfecto, simplemente perfecto. -¿Me lo puedo tomar como un sí? -Le diste otro beso.

-¿Tu que crees? -Te dio un beso.

Amor en Nueva YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora