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Las fuertes luces de colores encandilaban sus azulinos ojos.
La musica a todo volumen aturdía su pobre audición.
El fuerte olor a alcohol inundaba sus fosas nasales, ahogándola casi al instante.

Algunos bailaban, algunos tragaban alcohol por montones, algunos andaban por ahí, acaramelendose con sus parejas, mientras que algunos conversaban con otros mientras tomaban tragos no tan fuertes como para emborracharse.

Pero algo era seguro.

Todos la estaban pasando de maravilla.

Todos excepto una rubia de ojos azules que yacía arrinconada en la silla mas refundida y escondida de aquel lugar.

No era mentira que lugares como ese le desagradaban y aun así, había aceptado ir a aquel por pedido de sus amigas, con él fin de única y exclusivamente "divertirse", cosa que obviamente ella no estaba haciendo.

Si bien podía haberse ido desde hace mucho, la sobreprotección que ejercía sobre sus amigas la obligaba a quedarse.

Y es que, ¿como no había de preocuparse?, sus amigas prácticamente habían enloquecido, y Rin lo sabia de sobra.

Gumi, su mejor amiga la peliverde, se encontraba bailando en un tuvo de metal que estaba situado en una tarima mientras que unos hombres, y algunas mujeres, gritaban y silbaban entusiasmados alentándole a que siguiera.

Y Miku, su amiga la peliaqua, se hallaba saltando de mesa en mesa bailando en cada una de estas, sin contar que tenia una botella de alguna bebida alcohólica en su mano, rociándole a la gente su contenido mientras estos le celebraban él acto.

Era mas que obvio que cometerían una locura sin Rin llegaba a irse.

Y esta misma se había negado a tomar cualquier cosa que contara así fuere con la mas mínima cantidad de alcohol, tenia que estar cuerda a la hora de salir de ese lugar, además de que, por mas que le avergonzará, la rubia era realmente pésima en cuanto a alcohol se trata.

Miró de reojo a sus amigas.

-locas...- musitó suspirando con un poco de pesadez y frustración.

Su mirada paso de sus amigas a su reloj.

-ya pronto cerrarán...- se dijo con un poco de alivio, se estiro un poco en su asiento y volvió a tomar postura para luego mirar otra vez a sus amigas.- esas dos se están divirtiendo.- reflexiono y suspiro.- no les pasara nada si salgo un momento.

Y dicho y hecho, Rin se levanto con sigilo de la solitaria mesa, colocó sus manos en los bolsillos de su chaqueta y emprendió camino directo a la salida; choco con una que otra persona recibiendo varios insultos de estos mismos, pero le hizo caso omiso a todo aquello.

Ella solo quería salir de ahí.

Al salir de allí la fresca brisa choco con su cara moviendo ligeramente sus cabellos.

Inhaló, exhaló y sonrió; como le liberaba salir de ahí.

Miro alrededor y observo una alejada, y para su suerte solitaria, banca situada debajo de un frondoso, y a decir verdad bastante cuidado y bien podado, árbol.

A paso tranquilo, se acerco a aquella banca; ya estando cerca de ella se sentó.

La banca no era lo mas cómodo en lo que Rin pudo haberse sentado, de hecho, era un poco tosca y hasta tenia pequeñas astillas levantadas que harían sufrir a cualquiera, pero debía recalcar que la paz del ambiente cerca de esta era muy cómodo, casi que hacía olvidar lo malo de ella y acomodarse de una manera relajante.

Hecho su cabeza para atrás y suspiró, profunda y pesadamente.

A aquellas alturas, la rubia se hallaba cuestionandose a si misma del porque seguía allí. Si, ella decía y decía, recalcaba y aseguraba que estaba allí por sus amigas. Sabia perfectamente que eso era la razón de su desespero por convencerse de no irse, pero aun no sabia porque había ido en primer lugar.

Beso Robado ❛RinxLen❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora