Imaginas Multifandoms

99.- MARVEL(PIETRO MAXIMOFF)

Brylee Amulet se dió cuenta en aquel momento de que estaba metida en un buen lío.
El tipo que tenía frente a ella parecía más un oso que un ser humano.

-Voy a machacarte, preciosa.- Aseguró dedicándole una mirada feroz. Y sin avisar, se lanzó sobre ella. Brylee cerró los ojos y extendió las manos frente a ella. El peso del tipo nunca llegó por lo que volvió a abrir los ojos y dio un par de pasos hacia atrás del susto. La gran garra del hombre estaba a escasos centímetros de donde antes había tenido el cuello. Sin embargo, el tipo no se movía, estaba congelado. Sonrió, era la primera vez que paraba algo tan grande.

Su sonrisa se transformó en una mueca de dolor cuando la pulsera que llevaba en la muñeca izquierda le dio una descarga eléctrica.

-¡No cierres los ojos!- Le gruñó una voz por los altavoces. Ella asintió con la cabeza gacha y se apartó de la trayectoria del "oso" antes de dejarle libre.
Él, al ver que la chica ya no se encontraba donde antes, se giró enfurecido y volvió a atacar.
Brylee no pudo evitar cerrar los ojos antes de detener al hombre, por lo que se llevó una nueva descarga. Lo intentó bastantes veces, pero todas terminaban con el mismo resultado.

El hombre rugió de nuevo al perderla otra vez y volvió a abalanzarse. Esta vez, la chica estaba tan cansada y dolorida que no le dio tiempo a detenerlo y el tipo la derribó como en un placaje de Rugby. Cayó al suelo con un golpe seco y sintió como su tobillo crujía. Soltó una fuerte quejido y se llevó las manos a la zona herida.

-Basta- Habló la voz de nuevo cuando el hombre-oso iba a levantarla para que siguiera.- Se acabó el entrenamiento por hoy- Y justo después se escuchó un timbre y como las puertas se abrían. Un par de hombres armados cogieron a la chica por los brazos y la sacaron de la habitación.

- No hemos terminado, preciosa- Le aseguró el tipo con la sonrisa feroz de nuevo en los labios.
Le curaron el tobillo y se lo vendaron. No estab roto, tan solo torcido. Luego la llevaron de nuevo a su habitación. La puerta se cerró con un chasquido y escuchó el cerrojo. Estaba encerra de nuevo.

Le habían dejado la comida en la mesa pegada a la pared. En el lado contrario estaba la cama, que era bastante básica. Y justo a los pies de esta, un pequeño cajonero donde guardaba su ropa, que eran simplemente cuatro camisetas y tres pantalones cargo.
Brylee era buena en el combate cuerpo a cuerpo, siempre que el otro no la superara mucho en tamaño. Aunque su especialidad era la lanza.
Se sentó en el catre y se rascó la muñeca izquierda, una manía que había cogido desde que llevaba la pulsera. Se acercó a la bandeja de comida y empezó a comer. No le dio importancia a lo que ingería, sabía que era lo único que le darían y que no conseguiría nada con quejarse.

Unos años más tarde, Brylee había conseguido que la dejaran salir de la habitación cuando quisiera. Siempre y cuando hiciera todo lo que le pedían. Si desobedecía, la encerraban. Si no terminaba sus ejercicios, la encerraban. Si tardaba mucho en aprender a hacer algo, la encerraban hasta que lo conseguía.

Aquella mañana estaba paseando por el bosque junto a la base cuando escuchó las alarmas. No le hizo falta andar mucho para encontrar la razón de tanto alboroto. La base estaba siendo atacada por un grupo de personas a las que reconoció como los Vengadores. Entró en la base para prepararse. Ella creía que había llegado el momento de demostrar que su entrenamiento había merecido la pena. Lo primero que hizo fue ir a su habitación para ponerse sus botas de combate. Su camiseta y pantalones eran todos pensados para la lucha. Su siguiente parada fue la armería, donde guardaban su lanza preferida. Y por último, al centro de mandos para que Straker le indicara donde la necesitaban. En la puerta se encontró a los Gemelos.

Wanda y Pietro Maximoff también eran experimentos de Straker, como ella. La principal diferencia erradicaba en que ellos estaban allí por voluntad propia. A ella la había cogido cuando era muy pequeña.