Capítulo 2.

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28 de Septiembre, Domingo.

Narra Andrea: 

Me desperté por los rayos de sol que daban en mi cara. 

Mire el reloj. Las 10:12 de la mañana.

Me dirigí a la habitación de Paula para ver si ya se había despertado, y desayunar con ella. Normalmente siempre lo hacemos juntas, es una costumbre. Por ejemplo, cuando vamos a comer, y una llega antes que la otra a casa, por algún motivo, una siempre espera a la otra. Y en los desayunos igual. Ya puede estar una de nosotras muriéndose de hambre, que hasta que la otra hermana no venga, no desayuna. Llegué a la puerta, bajé el pomo y la abrí despacio, asomando lentamente mi cabeza, vi que la cama estaba vacía, entré a la habitación, y pude comprobar que no estaba. 

Extrañada, bajé a la planta de abajo, y para mi sorpresa, tampoco estaba allí. No había nadie. Recorrí la cocina, salón, baño, y nada, ni un alma. 

Decidí llamarla por si había salido, sin decirme nada, estaba claro. 

Nuestros padres se habían ido el fin de semana de viaje a Madrid, ya que hacían varios años de novios, no recuerdo cuántos y querían hacer una pequeña escapada. 

Pensando en eso me apeteció hablar con ellos. Así que subí arriba a mi habitación, cogí el teléfono, desbloqueé la pantalla, y marqué el número de teléfono de mi madre. 

*Inicio de la conversación telefónica*

-¡Hola cariño! - Dijo mi madre con voz ronca, parecía que se acababa de levantar. 

+Hola mamá, lo siento si te he despertado, ¿cómo estáis? - dije riéndome en voz baja. 

-No te preocupes, no pasa nada. Pues bien, aquí estamos, acabamos de despertarnos, íbamos a bajar a desayunar, y después vamos a ver el Palacio de Cristal, y por la tarde a Retiro, volveremos mañana por la mañana. ¿Cómo estáis vosotras? - en ese momento recordé que Paula no estaba, me quedé pensativa pensando en lo que le podía contestar.

+Eh... bien bien, perfectamente, Paula está durmiendo aún, si no te la pasaba -contesté mintiendo, esperando que no se me notara demasiado. Ayer estuvimos con las chicas dando una vuelta, y hoy nos quedaremos en casa viendo alguna peli, ya sabes. Los domingos siempre toca alguna que otra película. Son deprimentes.

-Anda cariño - dijo mi madre descojonandose a pleno pulmón. Pasadlo bien, y no os acostéis tarde, que mañana hay clase. Os quiero, y portaros bien eh. Adiós Andrea, y dale besos a Paula de parte de los dos, os queremos. Hasta mañana - acabó.

+Adiós mamá, ¡vale, lo haré! disfrutad, muacks. - mandé un beso al teléfono cual tonta. 

*Fin de la conversación telefónica*

Al ver que Paula aún no había llegado, empecé a preocuparme, así que decidí llamarla, para ver donde estaba. Marqué su número y esperé.

*Piiiiiiii*

*Piiiiiiii*

*Piiiiiiii* 

Colgué al ver que no había una respuesta. 

Me estaba atacando ya, porque ella no es de las que se van de casa sin avisar, y mucho menos de las que no cogen el teléfono, siempre está pendiente. 

Salí al jardín a tomar un poco el aire, me senté en una de las sillas de plástico de fuera, y esperé. 

Las 11:00, y seguía sin venir.

Volví a llamarla, y esta vez por fin hubo respuesta.

*Inicio de la conversación gilipollas*

-Dime. - dijo tan pancha.

Mi sur, mi norte y mi agonía. (Daniel y Jesús Oviedo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora