•BakuDeku• ~Destiny~

Parte 3

Pasaron días, más bien semanas desde que Midoriya había sido cambiado de instituto.

La primera semana fue normal, simplemente no hizo tantos amigos e igualmente sus calificaciones no cambiaron. La segunda semana fue algo rara, veía a Katsuki pasar por frente de su instituto, mirando todo el edificio como si fuera en busca de algo (así hasta la tercera).
La cuarta fue fatal, Katsuki paraba todos los días frente al edificio buscando algo, y a la hora de salida, ahí se encontraba, Midoriya trató de pasarlo desapercibido pero aun así lo vio.

Así hasta ahora, Midoriya estaba corriendo como si su vida dependiera de eso, estaba asustado, por otro lado, Katsuki lo estaba persiguiendo mientras se impulsaba con su singularidad.

—¡JODER DEKU!— Exclamó el rubio cenizo, mientras seguía impulsándose hacia el pelo verde con sus explosiones.

—¡Ka-Kacchan! ¡E-espera!— Trató de parar al mayor mientras corría sin rumbo, al llegar a un callejón sin salida, temió más por su vida al ver a Bakugo enojado. —¡¿P-podemos ha-hablar!?— Pidió mientras se recargaba en la pared del callejón.

—¿¡HABLAR DE QUÉ!?— Gritó el rubio cenizo mientras paraba sus explosiones y alzaba sus manos hacia el menor. —¿¡DE POR QUÉ NO TIENES SINGULARIDAD!?— Rió a carcajadas para después mirarlo sadicamente.

—Ka-Kacchan...— Habló nerviosamente mientras miraba a los lados y finalmente posicionar su mirada en el mayor. —¡C-cálmate! ¡Ha-hablemos como amigos d-de una vez p-por todas!— Pidió el menor al contrario, el cual bajó sus manos a regañadientes.

—¿Por que te cambiaron de instituto?— Preguntó con el ceño fruncido y desviando su mirada.

—¡A-ah! ¡E-es que m-mi madre lo p-pensó sobre varias semanas! P-pero la t-tía Bakugo lo d-dijo a mi madre y e-entonces...— Empezó a balbucear cosas incoherentes ante el nerviosismo.

—Deku— Interrumpió mientras miraba al menor con molestia y pronunciaba aquel apodo a regañadientes.

El pelo verde tomó una bocanada de aire y suspiró para mirar al rubio cenizo.

—Fue por ti y tus amigos— Habló tratando de no ponerse más nervioso y tartamudear. —Mi madre simplemente pensó que me iba mal ante tus bromas— Comentó desviando la mirada ligeramente sin notarlo. —Por eso, ella habló con tu madre diciéndole que me cambiaría de instituto, y sobre eso... Mi madre dijo que deberías juntarte con otras personas— Murmuró ligeramente aun dejando escuchar al contrario, cerró los ojos ligeramente y al abrirlos suspiró.

—¡Ha!— Rió ligeramente y posó sus manos en los bolsillos aun con su ceño fruncido. —¿Crees que tu y tu madre puedan decir fácilmente cambiar a mis amigos? Pues no ¡Eres un estúpido! ¡¿Quién te crees que e...— Se vio interrumpido ante una voz temblorosa.

—¿K-katsuki-chan?— Preguntó la voz temblorosa mirando hacia el callejón.

El rubio cenizo solo chistó su lengua y miró a la propietaria de esa voz. —¿Inko-San?— Al momento, se arrepintió por haber dicho aquellas palabras, Inko siempre fue una tía maravillosa con él, era su tía preferida, unos recuerdos le invadieron y dejó su ceño fruncido lejos de la vista de la mayor. —¿Qué haces aquí?—

—Yo... ¡V-vine a buscarte! Tengo que hablar contigo un momento...— Habló temerosa la mayor de edad.

—O-okasan...— Mencionó su hijo para acercarse a ella. —Me hubieras llamado, así te ahorrabas la caminada— Comentó mientras movía ligeramente sus manos.

—D-de hecho lo hice, p-pero no contestaste— Dijo riendo ligeramente y acercarse un poco a Katsuki. —Cariño... quería preguntarte algo— Aclaró ligeramente su voz para hablar —¿Te cambiarías de instituto con izuku?— Preguntó con suavidad y un poco de nerviosismo.

Por otro lado, Izuku, que había estado buscando su celular en su mochila, tiró el cuaderno que traía en la mano y miró expectante a su madre ante tal pregunta. Por un lado le hacia feliz estar con Kacchan y hacer todo para ser su amigo, pero por el otro, tenía miedo, ya que si este no aceptaba su amistad, haría otras y volvería a pasar lo mismo que en su ahora ex instituto.

Katsuki miró con asombro y duda a Inko.

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—¿Y como terminaste aceptando?— Preguntó un azabache de pelo largo mientras miraba al rubio cenizo recoger cosas de su casillero.

—Ya les dije, mierda— Maldició Katsuki para cerrar su casillero con fuerza. —La vieja bruja me obligó— Habló, aunque en gran parte era verdad, el ojo rubí había aceptado con inko-san, pero al llegar a casa,  Mitsuki habló con el sobre el cambio de instituto, y antes de que pudiera responder, lo obligó a recoger sus cosas hoy mismo e irse al instituto antes de que empiecen las clases.

—Entonces, ¿Irás a la escuela de Midoriya?— Preguntó el mayor de estatura de todos.

Katsuki solamente asintió y bufó ligeramente —Los veo en algún futuro, bastardos— Se despidió para así irse del lugar con sus cosas en mano y vestido para irse al otro instituto, que por suerte, usaban los mismos libros.

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Atte: Galaxy