Speechless - Clexa Fanfic(AU) #Wattys2019

Capítulo II: La búsqueda.

Respiró profundamente una vez que estaba a salvo en el vehículo, viendo como la lluvia chocaba en el parabrisas formando una capa de agua que apenas permitía ver con claridad que había fuera del auto. Apenas podía recordar como sonaba la lluvia al caer, sabía que producía un sonido especial, que se podía reconocer de cualquier modo, pero llevaba tantos años sin volver a escucharlo que el recuerdo del sonido le parecía lejano y borroso. Le costaba aceptar que estaba olvidando la mayoría de los sonidos que la rodeaban, no quería que aquello se vaya de su mente.

El ruido de un "bip" enviado por sus audífonos hizo que volteara la cabeza, viendo a Raven sentada a su lado con el cabello mojado y el rostro con pequeñas gotas de agua que se habían quedado en su piel morena. Clarke la quedó mirando por si su amiga quería comunicarle algo, pero esta no hizo movimiento alguno, en completo silencio.

-Lo siento - dijo Clarke en un tono de voz más alto de lo que era necesario en ese momento, pero Raven estaba acostumbrada a eso.

Sabía que la rubia no podía controlar su tono de voz debido a que no se podía escuchar, así que solo le quedaba hablar en el tono que quería apropiado para ese momento, el cual casi siempre era más fuerte de lo necesario.

La morena volteó a ver a su querida amiga y le regaló una pequeña sonrisa para tranquilizarla. Ver a Lexa había sido algo demasiado fuerte para ella y se imaginaba lo impactante que había sido para Clarke luego de todo el daño que había pasado en la primaria. Eso no era fácil de olvidar y sabía que la rubia lo que menos quería en su vida era encontrarse con la castaña por miedo a que vuelva a actuar de ese modo. Pero Raven sabía que no necesariamente iba a ser así, Lexa había crecido al igual que todos y probablemente su forma de ver las cosas había cambiado, sobre todo luego de la tortura que había sido para ella en la secundaria, siendo dejada de lado por todos sus compañeros. Era difícil saber con certeza como iba a actuar Lexa frente a Clarke, aunque no haya demostrado en ese momento rechazo hacia la rubia, pero la morena respetaba la decisión que tomara su amiga e iba a dejar que siga con su vida alejada de Lexa.

Raven movió sus manos comunicándose como era costumbre con Clarke, por medio de lenguaje de señas, a pesar de que la rubia era capaz de leer los labios a la perfección si las personas hablaban a una velocidad moderada y con una buena pronunciación. Esto lo había aprendido años después de haber perdido la audición completamente, junto a una clase de lenguaje de señas que habían pagado sus padres para que lograra comunicarse con mayor facilidad con los demás. Antes de todo eso, la pequeña rubia había tenido que cargar con un cuaderno y un lápiz a donde sea que vaya para entregárselo a quien necesitara decirle algo. Por suerte había aprendido a leer, hablar y escribir a la perfección antes de perder el sentido de la audición, cosa que le había facilitado un poco la comunicación en un inicio.

-No te preocupes - la morena una vez terminada la oración con sus manos llevó la llave del vehículo al contacto para encender el motor, dispuesta a marcharse de ese lugar.

El auto se puso en marcha y Clarke no preguntó a donde se dirigían. Sabía que cualquier lugar al que Raven la llevara sería mejor que esa cafetería en donde se encontraba Lexa. Para su suerte, la morena estacionó el vehículo en el aparcamiento de los edificios estudiantiles que le facilitaba la universidad a la que pertenecía a la universidad de Clarke, el cual compartía con otra chica más; Octavia Blake. Apenas el vehículo se detuvo y Raven retiró la llave, Clarke bajó sacando la llave del bolsillo de su abrigo para caminar rápidamente a la entrada del bloque de departamentos para protegerse de la lluvia. La morena la siguió de inmediato y una vez que estuvieron a salvo bajo techo, caminaron para tomar el elevador que las llevaría al piso respectivo de la rubia. El departamento estaba vacío y obscuro. Ambas chicas que habitaban este habían salido temprano para ir a sus respectivas clases y, por lo visto, Octavia no había regresado desde ese entonces. La morena quitó su abrigo dejándolo colgado en una de las perchas que estaban en la entrada y caminó de inmediato para abrir las cortinas de la sala, permitiendo que algo de luz entre iluminando apenas el lugar. Las nubes no permitían que una gran cantidad de luz solar ingrese.