Leopold "Butters" Stotch vuelve a Denver, su ciudad de nacimiento, luego de vivir 10 años en Chicago. Ingresa en la preparatoria South Park para su ultimo año antes de entrar a la universidad, allí conocerá a nuevas personas y alguien que será sumam...
Craig Thomas Tucker era un chico serio, muy serio, prácticamente inexpresivo. Su rostro pocas veces mostraba una emoción diferente a la indiferencia. Los ojos azules del chico Se mantenían con una neutralidad que muchas veces lograba ser atemorizante por los fríos que resultaban ser.
Sí, Craig Tucker no era un chico expresivo pero eso no significaba que no tuviera emociones. Poseía emociones como las de cualquier ser humano con la única diferencia de no saber cómo expresarlas a través de su rostro y palabras. Por lo tanto era muy complicado saber qué era lo que pensaba o sentía el joven chico, Simplemente no sabía cómo expresar sus emociones.
Ese pequeño defecto, convertía al chico de 14 años en una bomba a punto de estallar en cualquier momento.
-Craig... ¿hay algo que te molesta? - le preguntó Token al chico con el que desde hacía un par de meses había entablando una amistad.
Más el de cabello negro no emitió respuesta alguna se mantuvo tan imperturbable como lo había estado desde que terminó su clase y salieron del aula.
Token no preguntó dos veces, prefirió mantenerse callado, aún no conocía muy bien a Tucker pero tenía la sensación que de preguntar una vez más, volvería a recibir silencio.
Los jóvenes amigos caminaban por los pasillos luego de finalizada su clase de literatura clásica. Muchos chicos más caminaban a su alrededor inversos en sus propias charlas y asuntos, yendo y viniendo de un lado a otro sin que ninguno se percatara de que el aura de Craig Tucker no estaba tan tranquila como de costumbre.
-Mira, allí están Clyde y Tweek - señaló Token al par de chicos que apenas iban saliendo de su aula.
Encuanto lo escuchó, Tucker aceleró el paso directamente hacia los otros dos.
-¡Tweek! -.
El mencionado, un chico de desordenados cabellos rubios y destellantes ojos verdes, dio un salto ante aquel grito.
Las miradas de ambos chicos se encontraron sin que Tucker detuviera su paso. Él con una expresión de seriedad con un toque ligero de prisa, y el rubio con miedo y alarma.
Antes que el de cabello negro pudiera llegar a su destino, el rubio rápidamente se dio la vuelta y huyó. Sí, literalmente huyó, salió corriendo.
Aquel acto hizo que el siempre inexpresivo gesto de Tucker se descompusiera en un ceño fruncido al tiempo que detenía su paso.
Token también tenía el ceño fruncido en extrañeza y miró interrogante a su amigo Clyde, quien sólo desvío la mirada con notables nervios.
Por su parte, Tweek Tweak se encontraba corriendo por los pasillos con el corazón latiendo fuertemente.
Este no sería un problema mayor, pues desde que el chico era pequeño los latidos de su corazón eran acelerados debido a sus ataques de pánico y nervios constantes. Era un problema esta vez, porque el chico no sabía a qué se debía el incremento en sus latidos.
Desde hacía un par de semanas, ya no sabía porqué.
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