reencuentros

84 11 7
                                    

Y allí está con esa siempre simpática y tranquilizadora sonrisa. A pesar de que sus dientes no son los más bellos del mundo debido a su edad, produce un sentimiento de esperanza en mi pecho cesando así por un instante el agobio compreso en el mismo. El agradable anciano me ofrece su mano para ayudar a que me ponga en pie y con gesto amable me saluda.
-¿Qué haces tú por aquí?
- Yo, solo buscaba un lugar donde poder quedarme, no puedo volver a casa... Por lo menos no por un tiempo.
- Puedes quedarte el tiempo que necesites aquí- mete la llave en la cerradura y me invita a pasar, casi me resulta extraño que abra la puerta con una llave y no un escaner visual o algo parecido.
El hall de aspecto rústico y acogedor me hace sentir cómoda en aquel lugar. Tras recorrer un pasillo llegamos a una sala y me indica que me siente frente a él. Recuerdo que aún desconozco su nombre, el pidió que le llamase abuelo así que así lo hago. Por un momento temo por perderle a él también, tras tantas tardes juntos disfrutando de la paz del paisaje del río el se ha combertido el en el abuelo al que nunca conocí. No quiero que me quiten a el tambien, es el único "lazo familiar" que me queda tras perder a los chicos.
- Tranquila, no te molestaré con preguntas sobre que haces aquí. Pero si te has escapado quizás debas volver pronto o tus padres estarán preocupados- me saca de mis pensamientos.
- Tranquilo no importa- le tranquilizo antes de soltar un susurro casi inaudible lleno de dolor y frustración- nadie me espera en casa.
- Si quieres puedes esperar en el jardín hasta que llegue la hora de la cena, no queda demasiado.
- De acuerdo- me indica como llegar y tomo asiento en una silla de madera cuyas patas acomodo entre los pequeños hilos verdes que forman las hiervas y que se mueven con la brisa. Poco a poco la luz va desvaneciendo hasta quedar un leve tono naranja en el cielo que a su vez comienza a fundirse en azul.
- es hora de cenar- me avisa una voz algo ronca y desgastada debido a su avanzada edad, pero a su vez de carácter dulce.
- ya voy, gracias- contesto aun sin apartar la mirada del lienzo donde empieza a pintarse alguna estrella que con acto de rebeldía sale a relucir antes que las demás.

La cena transcurre sumergida en el silencio, sin embargo no siento incomodidad alguna por la falta de comunicación. Solo nos concentramos en terminar el cálido caldo. De vez en cuando dirijo alguna mirada en su dirección, parece sonreír apenado de vez en cuando al mirar un marco cercano a su asiento. Maldigo al no poder ver la imagen por encontrarse de espaldas a mi punto de visa.

- siento que no vayas a conocer a mi nieto hoy, es que ahora va al bosque segun el a cazar o pasear... pero nunca trae ninguna pieza y luego dice que duerme en casa de algún amigo- se disculpa educadamente rompiendo el silencio, a lo que respondo con una leve risa- pues como no les dé a ellos las piezas.. Dudo sea cazar lo que hace.

- no importa, ya le conoceré en otro momento, ¿le importa que me vaya a dormir ya?- digo antes de ponerme en pie.

- claro que no, puedes dormir en la habitacion de invitados; segundo piso, primera puerta a la derecha- me contesta con amabilidad cortando una pieza de fruta.

- gracias por todo- contesto inclinando levemente la cabeza en gesto de agradecimiento.

-Gracias a tí por venir, le has dado algo de alegría a esta casa- su comentario me apena pero continuo mi camino hacia la habitación.
Recuerdo las palabras del dueño de L vivienda y poso suavemente mi mano sobre el pomo de la desgastada puerta y me hecho a atrás para observar que hay otras tres, una de ellas parece no haber sido hubiera desde hace ya largo tiempo. La curiosidad me pide que miré tras la antigua cerradura y averígüe que hay, pero la cordura me recuerda que no es mi casa y sería una falta de respeto fisgonear después de la amabilidad que ha mostrado.
Por una lado sospecho que me ha dejado quedarme para intentar cambiar el carácter de su al parecer insoportable nieto, que no parece preocuparse por quien me ha invitado a pasar la noche.
Me dejo caer sobre la colcha de aspecto grueso y cálido, dejo que mis piernas descansen mientras que numerosos pinchazos se clavan en cada centímetro de músculo o piel. Si bien es cierto que me entreno, hoy he corrido demasiado y muy apresuradamente.
Numerosas imágenes sobre lo ocurrido hoy, luchan por colarse entre la confusión de mi cabeza así que me giro y acurruco sobre la suavidad de la cama. "gracias a ti por venir, le has dado algo de alegría a la casa" suenan de nuevo esas palabras. Logro apartar los recuerdos de la pesadilla vivida hoy pero no por algo precisamente alegre. El abuelo me entristece, es un buen hombre y su nieto no parece comportarse bien con él. Para que consiguiera una nueva "nieta" debe sentirse triste y solo.
Me acurruco aun más y acabo por taparme con las mantas. Al poco rato quedo dormida agotada por el horrible día vivido.
...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 28, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

por ser diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora