Capítulo único

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[02 de Enero de 20xx, año 2 d.V]

El mundo se había ido a la mierda.

Literalmente, sin metáforas, a la mierda. El ser humano había jugado con el mundo a su antojo, y ahora pagaba las consecuencias.

Seokjin retiró la daga del cuello del chasqueador y continuó con su camino. Realmente odiaba a los chasqueadores, con su cara llena de hongos y protuberancias. Eran muy complicados de matar, y debía gastar demasiada munición si quería hacerlo de lejos.

—Ugh, detesto toparme con chasqueadores— comentó Taehyung mientras revisaba los cajones de aquella vieja cocina en busca de algo comestible.

—Somos dos Tae— Respondió, intentando localizar a Yoongi.

El virus se había esparcido hacia ya dos años. Desde el comienzo, él y sus amigos habían decidido sobrevivir separados del resto. Aunque no era algo fácil, los militares intentaban mantener a las personas en su territorio, y no les agradaba el hecho de que muchos no acataran esa orden.

Caminó hasta el piso de arriba, e ingresó a la puerta que estaba a su derecha. Allí, recostado en un sillón viejo y sucio, se encontraba Min Yoongi.

—Había chasqueadores en la cocina—.

—Se que podías manejarlo y por eso me quede aquí— contestó sonriendo de lado.

Inevitablemente le devolvió la sonrisa y se acercó lentamente a él.

—¿Y qué pasaba si no podía contra ellos y moría?— Preguntó, arrodillándose en el piso juntó a él.

—Hubiera tomado mi revólver y me hubiera matado—.

Comenzó a acariciarle el cabello mientras tarareaba una vieja canción que su madre solía entonarle a él y a su hermano Jungkook cuando eran niños. A veces se asustaba de lo fácil que Yoongi hablaba sobre matarse si Seokjin fallecía en el medio de todo el caos. Luego recordaba que en realidad, el probablemente haría lo mismo.

—Te amo— Oyó como el menor susurraba mientras se removía bajo su toque.

—Yo también Yoongi-chi— respondió.

En momentos así, olvidaba desastre que ocurría en el exterior. Ignoraba a los infectados que los acechaban día y noche, infectados que se habían llevado casi todo lo que él amaba.

Se inclinó levemente y besó los labios del rubio, intentando hacer desaparecer todo, intentando imaginar un mundo en donde no tenían que huir. Los labios de Yoongi sabían a casa, y un poco a comida enlatada, estaban secos y agrietados por el frío, pero aún así le brindaban paz y comodidad.

—¡HYUNG!— No terminó de escuchar el grito de Jungkook cuando el inconfundible sonido de un disparo nubló todos sus sentidos.

Se puso de pie de golpe y corrió escaleras abajo. Vio a Tae y a Jungkook abrazados detrás de una vieja mesa dada vuelta.

—La puerta trasera da al bosque, si nos movemos rápido y sin llamar la atención podremos esquivar al francotirador— Explicó Namjoon arrastrándose hacia ellos.

Asintió rápidamente, haciéndole señas a los menores para que se dirijan a la parte trasera, en donde Jimin y Hoseok deberían estar esperándolos.

—Hyung, salgan ustedes primero, intentaré distraerlo— el moreno se adelantó a la puerta principal, apoyándose sobre el marco, intentando encontrar al atacante.

—Mierda Namjoon, no sabemos si tiene mas gente, sigamos a los chicos y salgamos lo más rápido posible— empujó a Yoongi, dándole a entender de que era su turno, y cuando se perdió de su vista, volvió a concentrarse en Namjoon. —¿Cuántos son?— preguntó.

The last of us [YoonJin] {One Shot}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora