Prometer algo es muy fácil, es muy fácil abrir la boca y decir "Te prometo que..." Pero ¿Sabes qué es lo realmente difícil? Cumplir aquellas promesas, tener el valor y los "pantalones" para cumplir que lo que por amor, bienestar o cualquier otro motivo prometiste, son pocas personas la que hacen estas cosas y son aplaudidas cuando lo hacen... Por eso cuando prometas algo, antes de hacerlo ponte a pensar ¿Será que si puedo cumplirlo?.
Es ahí donde Matías Bustamante entra. Aunque no lo crean, aquella promesa ha sido cumplida. Sabrina ha tenido un mes tranquilo, sin preocupaciones, sin estrés, tristezas o algún otro tipo de emoción. Lo que único que puede llegar a causarle estrés es el colegio y sus millones de tareas de las cuales Rodrigo, Diana o Matías la ayudan a realizarlas, todo ha estado bajo control. Matías cumplió perfectamente con su castigo el cual había sido quitado hace tres semanas.
-No entiendo. -Dijo Sabrina confundida.
-Yo tampoco. -Respondió Matías y se miraron.
-¿Quién abre un gimnasio enfrente de un restaurante?. -Preguntó Sabrina. -¿Qué clase de tortura es esa?.
-Tal vez no se dio cuenta cuando lo compro o algo así. -Trato Matías de encontrarle una respuesta a Sabrina, ella aún no entendía.
-¿Qué están haciendo?. -Preguntó Diana saliendo del restaurante.
El cual había sido terminado ayer, su remodelación y expansión había sido realizada exitosamente, todo había quedado como Diana y Rodrigo esperaban y aquella sorpresa más. Mañana Sábado 01 de Noviembre sería la gran re-inauguración del nuevo y moderno restaurante.
-Viendo el gimnasio, ¿No es extraño que hayan abierto eso enfrente del restaurante?. -Preguntó Sabrina mirándola.
-Bueno, no importa nuestros menús tienen de todo. -Les guiño el ojo. -Rodrigo está terminando unas cosas y luego los llevará a la casa, Matías ayúdame con unas cajas por favor. -Le pidió a su hijo mayor, el cual se levanto rápidamente para ayudar a su madre.
Mientras tanto Sabrina se quedó afuera, por alguna razón no le dejaban entrar, por el polvo y otras excusas más que no creía. Mientras ella esperaba, un chico salió del gimnasio y camino hacia ella.
-Hola. -El chico era alto, fuerte y de piel blanca. -Mi nombre es Ian, soy el hijo del dueño del gimnasio.
-Mucho gusto, Sabrina. -Estrecharon sus manos. -La... -Se quedó callada ¿Qué era ella de esa familia?. -Olvídalo. -Sonrío.-
-¿Puedo hacerte compañía?. -Preguntó.
-Si claro. -Se encogió de hombros. -Tengo que hacerte una pregunta.
-¿Tan pronto?. -Preguntó divertido. -Llevamos solo cinco segundos de conocernos.
-Ella soltó una carcajada y negó. -¿Por qué un gimnasio enfrente de un restaurante?.
-Es un buen lugar, pasa mucho gente y nos ha ido bien mientras ustedes están en su remodelación ¿No?.
-Ella asintió. -Si, ¿Piensan venir?.
-Si nos invitan. -Ella tomó uno de los volantes que Diana pidió que repatriarán y le entregó dos.
-Totalmente invitados.
-El lo tomo. -Gracias Sabrina, tienes un nombre muy bonito.
-Ella se sonrojó un poco. -Gracias. -Murmuro.
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Embarazada a los 15
Novela JuvenilVoy a tener un bebé, un bebé y yo solo tengo 15 años ¿Qué voy hacer?.