¿Dónde está el amor?

"El pequeño Tinn"

Al llegar a casa mi madre se enojó por llegar tarde. Mis padres ya estaban  en la mesa. Se miraron mútuamente y esa sonrisa que sobresaltó me incomodó."¿Que querrían decirme?, ¿ un herman@?". Pensé. 

-¿Qué os pasa?-Pregunté intrigada.

-¡Robert, porfavor, dale la noticia!.-Dijo mi madre.

-Hija sabémos que pasas mucho tiempo sola,  aunque con tus mejores amigas Anne y Bella quedas fin de semanas pero no es lo mismo a lo que hemos pensado. La prima Aleixandra de Cambridge cursará este año y los que se puedan en tu centro educativo. Pasado mañana la recibiremos con mucho cariño ya que no tienes mucho contacto con ella. Congeniaréis muy bien. Espero que nuestra decisión la aceptes y te alegres.-relató mi padre.

-¡Pero si el curso ya lo hemos empezado!-sobresalté.

-Deberás ponerla al día- Dijo mi madre.

-Bueno ... Me voy a mi habitación.-Dije

-¿No terminas de comer? No has probado casi nada -Contestó mi padre con preocupación.

-¡No tengo hambre, desayuné demasiado!. Sinceramente estaba "hambrienta". Los nervios me superaban. No subía las escaleras como las personas normales, sino las  saltába  de tres en tres. Estaba deseando abrir el cajón del escritorio  para coger mi móvil.

-¡Hola, Austin!

-¡Hola, Mandy! ¿qué tal todo?

-Bien, bueno, eso creo, una intrusa va a invadir todo mi espacio.

-¿Cómo?

-Pasado mañana vendrá una prima a vivir a mi casa y cursará en nuestro centro.

-Ohh, ¿y está buena? 

-¿Enserio me preguntas eso? Que te den, Adiós.

-Oye...estaba bromeando ¿vale?

-Da igual, déjalo.

-Tenémos algo pendiente...

-No tengo nada pendiente contigo, el trabajo lo acabámos.

-Quizás, tenémos una cita pendiente ó ¿no?

-AHH, ¿eso? , mis padres me castigaron cuando llegué a casa. ¡Otra vez será!

-¿También me negarás la cita en la puerta de tu casa?

Me dio un vuelco el  corazón cuando sonó el timbre de la puerta. Rápidamente abrí las ventanas que daban a la calle y...

-¿Eres t*nto?, mis padres van a abrir la puerta, ¿ Qué les vas a decir? -Dije molesta 

-Les diré que una intrusa entró a mi casa  una noche, y esa eres tú. Y así te regañarán de verdad.

-¡No, espera!-Dije 

-¿Pero, qué haces?¿Estás loca?-Dijo sorprendido.

Lo haré si tú me revélas. -Dije achantageándolo. No tuve otra solución que agarrarme a  los barrotes del balcón. 

Mi padre abrió la puerta y por suerte no me vió colgada y Austin se esfumó de allí. Y mi padre  cerró levemente la puerta. "Será...  ¡me estoy arriesgándo la vida por una tonteria que pudiése ser mentira"

-¡Mandy, Suéltate y confía en mí!-Dijo Austin. Entre los matojos de hierbas.

-Si claro, ¡Me has arriesgado a esto!-Dije enfadada.