Una parte de mí

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Porque siempre quedará esa chica tonta dentro de mí...

Aunque pasen los años y los momentos felices se acumulen dentro de mi memoria, siempre quedará ese oscuro rastro de tristeza y recuerdos que me harán correr a una esquina a llorar hasta recordar que todo está bien ahora.

« Porque cariño, ni todas tus caricias sanan mi piel. »

A veces suelo caminar por la calle y mi corazón se detiene por momentos al ver ebrios en las banquetas. El dolor se incrusta en mi pecho y mis piernas flaquean, quiero correr y correr hasta alejarme de todo lo que alguna vez me hizo querer acabar con mi séptima vida.

« Porque cariño, ni todas las margaritas del mundo me hacen sentir especial. »

Muchas veces sin darme cuenta, me siento en la banca de un parque, o simplemente durante el trayecto a casa en autobús, me siento sola, miro por la ventana a los cientos de personas mediocres en sus vidas mediocres y quiero gritarles en la cara que sonrían.

« Porque cariño, todos merecen sonreír. »

Pero quizás de la misma manera, muchas veces sin darme cuenta me convierto en la misma chica tonta de 13 años en la que prometí no volver a ocultar mis palabras en textos, los sentimientos en indirectas y los celos en sonrisas. De la misma manera olvido por pequeños segundos que sobre las sábanas un par de bracitos inanimados me esperan con una sonrisa y un enorme par de ojos, que mis caminatas no se convierten en huidas cobardes por un brazo en mi cintura o que no me debo permitir llorar cuando un cálido pecho me espera para reposar sobre el al otro lado del asiento.

Simplemente a pesar de todo no puedo evitar volver a ser la misma chica tonta que se emociona al ver un columpio o al verte debajo de los árboles.

−Silly girl

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