Esquizofrenia

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Y mientras ella te hace el amor...

Lili escucha música de piano, fuma cigarrillos Camel baratos, bebe de una lata de cerveza y se masturba pensando en tu cuerpo doblegado ante alguien más.

"¡Trata de no llorar pequeña puta!" gritaba la voz en su cabeza. Esa tan molesta voz que llega cuando lo siente lejos.

"Pequeña puta, pequeña puta, pequeña puta, pequeña puta..." repetía ella con la voz agitada.

Jamás se daba un descanso. De ningún tipo. Ni físico ni mental. Su cabeza seguía repitiendo dolorosos encuentros casuales entre el que alguna vez fue su razón de brillar y la chica de cabellos Violetta, mientras sus dedos seguían entrando y saliendo al compás de una vieja canción.

Hahaha ¿Quieren oír la mejor parte?

Al final de cada fantasía comenzaba a reír e imaginar a su imbécil hecho un ovillo en la cama, junto a ella, durmiendo tranquilamente. Jodida masoquista.

"Él está durmiendo, acurrucado seguramente".

¡Por supuesto que está en la cama, Lili!

"Pero él no está en tu cama. Él no está solo. Y no está durmiendo."

Ella ganó.

Por supuesto. Lili siempre pierde.

Y mientras ella te hace el amor...

Lili se revuelca entre las sabanas, se desgarra la garganta agritos y adentra sus dedos entre sus piernas.

"¡Con fuerza, con fuerza! ¡JAJAJA! ¡Vamos Lili!" gritaba la voz en su cabeza. Esa agónica voz que llega cuando ella está sola.

"Zorra, zorra, zorra, zorra..." repetía con la voz agitada.

Otra noche más en la que ella misma trataba de darle satisfacción a su cuerpo. Dolía recordar como en esa misma cama estaba su razón de brillar hacía unos meses, pero dolía más enterrar la cabeza en la almohada y descubrir que esta seguía impregnada con su perfume, sudor y orgasmos.

"JAJAJA, tal vez la cama de Violetta ahora huele a orgasmos, Lili."

Sus ojos mirándola.

"¡Más rápido, Lili!

Sus brazos en su cintura.

"Oh, creo que estas sangrando, Lili."

Su rostro en su cuello.

"¿Olvide mencionar lo largas de tus uñas?"

Sus manos en su cabello.

"Su precioso cabello Violetta."

Deberías parar Lili, no es como si fueras ella.

Y mientras ella te hace el amor...

Lili comienza a rodar colina abajo, baña su cara en la sangre de sus muñecas y comienza a jugar con la vieja navaja de su abuelo entre los labios.

"¡Trágatela entera Lili! ¡Rebana, rebana, rebana!" gritaba la voz en su cabeza.

"Rebana, rebana, rebana, rebana..." repetía con voz agitada.

Tanto era el miedo y la cobardía de la chica que jamás se atrevía a dañarse.

Pero había una voz. Una voz en su cabeza que no la dejaba dormir.

"Eres una idiota por creer que él volvería a buscarte. Admítelo, tarde o temprano se aburriría de ti y se alejaría porque no sería capaz de mandarte a la mierda en tu asquerosa cara ¿No te lo dije Lili?"

"Lo hiciste, Dranoel."

"Admite que siempre tuve la razón ¡Hazlo!"

"Siempre tuviste razón."

"¿Y ahora tu cuerpo? Solo darás aún más asco y lástima con las infantiles marcas en él. Eres tan repugnante. No me vuelvas a poner frente a un espejo."

"Él decía que era bonita..."

"¿¡ÉL!? ¡Ese inútil bastardo también dijo que no te abandonaría! ¡DIJO QUE JAMÁS SE HIRIA Y MIRALO! ¡MIRALO ESTÚPIDA! ¡Ni siquiera te responde un puto mensaje!"

"Por favor, Dranoel. Quiero descansar."

"¿Descansar? No mi niña. Que necesitarás los ojos abiertos para cuando pueda salir."

¿Qué pasaba realmente con esa chica?

Nadie lo sabía con exactitud. Siquiera yo. Esperaba tu pudieses ayudarme.

Solo recuerdo una carta que pasó bajo mi puerta el último día que vi a Lili.

"De nuevo ella estará sola. Y estaremos juntos nuevamente. Solo ella y yo."

−Lilibeth

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