Bajo la luna 🌙 [Caché] || One Shots [TERMINADA]

Cacería [Final]

(+18)

Hotel Kimpton — California
11:13 p.m.

Pov. Calle

— si sigues haciéndome esto, moriré — me quejo jadeando totalmente saciada y muerta de cansancio.

Poché sonríe contra mi piel aun acariciandome. Estoy tan sensible que todo lo siento aumentado en un 200 por ciento. Mi amor se había tomado muy a pecho mi reto y después del tercer orgasmo yo ya tenia el cuerpo de gelatina y ella podía hacer conmigo lo que quisiera.

Sube a mi lado y siento sus manos desatar el nudo que me mantiene prisionera. Poco después, me abraza por la espalda, recorriendo mi cuerpo con sus manos.

— no sabes lo hermosa que te ves, amor — me susurra al oído y mi cuerpo empieza a temblar — eres toda una visión

Me besa el cuello y luego la nuca para después revisar el teléfono — todavía faltan 10 minutos — sonríe victoriosa. No puedo creerlo, si llevaba una eternidad torturandome ¿Cómo es posible que aún no se cumpliera la hora? — ¿Quieres que siga?

— ¿tú me quieres volver loca? Ten piedad amor — le ruego tratando de recuperar el aire en mis pulmones.

Me dolía la garganta de tantos gritos reprimidos y otros no tanto. Solo esperaba que este hotel tuviera las habitaciones a prueba de sonido o no hubiera nadie a los costados porque de lo contrario, estaría muy avergonzada.

Poché suelta una risa divertida y apoya su frente contra mi hombro. — ¿eso quiere decir que ya no quieres jugar?

Pregunta enarcando una ceja y yo me giro en la cama para verla directamente. Me estaba retando de nuevo y por más cansada que estuviera, era mi turno y no lo iba a desaprovechar — no señora, no te vas a librar de mi.

Ella sonríe coqueta pero no me suelta, esperamos a que el temporizador suene como dándonos un intervalo de descanso para seguir con nuestra "celebración".

Con mi mano, recorro su pecho desnudo y me muerdo los labios, ella no me quita los ojos de encima, tanteando mis movimientos.

Sé que está exitada, lo puedo ver en lo duro de sus pezones y luego lo siento cuando uno de mis dedos llega ahí jugueteando, haciendo un corazón despacito. Por lo que veo, no será difícil hacerla llegar al límite.

El reloj suena y es tiempo de seguir. Sonrio maliciosamente y busco las cartas que me corresponden. Poché no quita su mirada de mi y sigue mis movimientos hasta que yo le muestro lo que tengo — mira tu, y yo que pensé que mi suerte no era buena esta noche — alardeo — un dragon de agua y la dama del alba.

— ¿y a dónde me llevará señora?— pregunta curiosa.

— ¿a donde más? — sonrio victoriosa y me obligo a levantarme llevándola conmigo hacia el baño de la mano.

La dama del alba era la que permanecía de pie contra viento y marea en los barcos para ahuyentar cualquier accidente según los nórdicos y en este juego ¿quien iba a ser? Oh si. Venganza, dulce venganza.

Ni bien entramos, no me aguanto y la acorralo contra la ducha, la beso con fuerza y ella sonríe abrazandome por el cuello, hace rato que tenía ganas de su boca, sus besos me enloquecen y me llevan a otro planeta.

Abro la ducha y el agua fría nos llega a las dos impresionandonos pero no dejamos de besarnos. Ella se separa de mi y roza nuestras narices mientras busca aire — ¿que tienes en mente?

La miro a los ojos y sonrio de nuevo — ¿ves esa barra? — le pregunto indicando un toallero de metal empotrado en la pared, cerca de su cabeza y ella asiente — Agarrate a ella