Jimin se estaba desvelando por tercera vez en esa semana. Sus ojos rogaban por cerrarse al mantenerse abiertos toda la madrugada, pero el muchacho se negaba a entregarse a los brazos Morfeo.Al menos no sin antes cerciorarse de que Jungkook había llegado.
No era la primera vez que lo hacía, pues desde que cumplieron un año de relación el pelinegro pareció cambiar completamente.
Sus noches de películas fueron remplazadas por excesivo alcohol y fiestas sin control.
Pero a pesar de eso, Jimin aún quería e intentaba que su relación siguiera a flor de piel y al parecer, Jungkook también estaba de acuerdo en todo menos en cooperar.
Sus labios se fruncieron en un lindo mohín al darse cuenta que otra vez se encontraba divagando en el mismo pensamiento que todas las noches.
Cuando de pronto, el sonido de las llaves hizo que cerrara los ojos y le diera la espalda hacia la puerta por la que pronto ingresaría su novio.
-Ay, mierda. - se quejó su pelinegro chico. Al parecer lo suficientemente ebrio como para formular otras palabras.
Sus pasos se oían arrastrados y algo tambaleantes, por lo que Jimin estuvo tentado en ayudarlo a acostarse, pero se detuvo y se obligó a seguir con su plan.
Jungkook un poco más adaptado a la oscuridad del cuarto, se sentó en la orilla de la cama y se quitó los zapatos antes de lanzarse de lleno en el lado que le correspondía.
Su aliento apestaba a cigarrillos y a whisky, denotando claramente el estado de ebriedad en el que estaba.
La habitación quedó por unos breves instantes en silencio antes de que Jungkook se volviera a remover en la cama hasta llegar a Jimin, pasando su brazo sobre la menuda cintura que le "pertenecía". Su nariz se paseó por la piel tierna de la nuca de su novio, dejando pequeños besitos antes de esconderse en su cuello y quedarse quieto.
Apretando los labios ante el toque sutil pero firme, el rubio intentó no moverse y regular su respiración junto a la de Jeon. Hasta que por fin el agarre se aflojó un poco por lo que deducio se había dormido.
Botando un suspiro desalentador, Park comenzó su plan.
Con dificultad logró girarse entre los brazos de su novio y observarlo.
Marcas de labial esparcido por sus lindos labios y mejillas...
Una sonrisa devastada se dibujó en los gruesos labios de Jimin.
Así que era verdad, no se estaba equivocando.
Lo extraño que había comenzado a actuar Jungkook desde hace un mes no fue una alucinación suya.
Se notaba que su menor escondía algo, pues este nunca le había dado la espalda al escribir una respuesta a un mensaje que le había llegado.
Es más, ambos podían tomar el teléfono del otro y tomarse fotos o ver estados; pero todo cambió tan rápido que apenas pudo preguntar.
Jungkook seguía trayéndole regalos para compensar el daño silencioso que le estaba haciendo. Seguía besandolo y haciéndole el amor mientras le susurraba lo mucho que lo amaba y que no quería perderlo.
Lastima que el mismo Jeon estaba haciendo méritos para que se alejara.
Un sollozo comprimido movió el pecho del rubio, mostrando el dolor que le traía observar lo hermoso y mentiroso que era su novio.
Jungkook al escuchar un sonido extraño abrió sus ojos algo mareado, observando el rostro lloroso de su chico.
- Tranquilo, amor. Es solo una pesadilla. - calmó, dejando un casto beso en la frente de Jimin antes de continuar durmiendo, sumido en la ebriedad.
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Nightmare ▪︎Kookmin▪︎
Short StorySe que me engañas, no lo ocultes más. Su labial está marcado en cada parte de tu cuello al igual que en tus bonitos labios. Antes míos. Tu aliento apesta a alcohol y cigarrillos nuevamente, ¿Acaso no lo puedes dejar por un día? Estoy cansado de espe...