Pokemon V: La Batalla Contra la Elite

Capítulo V

El sujeto que nos mira por la ventana no se atreve a romper el cristal para entrar, pero resulta incluso un poco perturbador verlo ahí. La oscuridad de la noche no me deja ver bien sus rasgos, sólo puedo distinguir su tez morena y que tiene una cicatriz que le surca el ojo derecho.

—Algo aquí no está bien —dice Sheryl en voz baja.

Y todo se derrumba.

Dos manos me toman por los hombros y tratan de hacerme avanzar a rastras, pero algo dentro de mí se resiste y encuentro la fuerza para girarme y golpear a ese sujeto. Escucho a Sheryl forcejeando con otro sujeto que igualmente intenta someterla. Ella es más hábil para sacárselo de encima, pero llegan más y más por una ventana que no nos habíamos percatado de que estaba abierta.

—Tus Pokemon están muy cansados todavía, yo me encargaré de esto —dice Sheryl colocándose frente a mí—. ¡Yo te elijo, Dewgong!

Aunque Dewgong haya salido al ataque, todavía queda una ventana por la que nos está mirando ese sujeto. Tengo que deshacerme de él.

— ¡Yo te elijo, Charmander!

Charmander está cansado, tal y como dijo Sheryl, pero de cualquier forma logra mantenerse en pie y lanza una llamarada contra la ventana. Los cristales se rompen y tenemos que cubrirnos el rostro para evitar que nos lastimen los cristales resquebrajados. El sujeto cae con esos mismos cristales incrustados en su rostro y Dewgong consigue congelar a los otros hombres que intentaban atraparnos. Sheryl y yo no tenemos tiempo de intercambiar ningún comentario sobre lo sucedido, pues escuchamos ese sonido que viene desde la planta baja de la casa.

— ¡Perla! ¡Sheryl!

Son las voces de nuestros amigos. Vienen corriendo por el bloque de escaleras, seguramente hemos llamado su atención con nuestra batalla. Entran en tropel a la habitación y se detienen por un segundo. James corre hacia mí luego de ver los cristales y el hielo que Dewgong usó para deshacerse de esos sujetos, me envuelve en un fuerte abrazo y luego siento cómo forcejea contra David.

— ¡Estoy bien! —exclamo y ambos se alejan fulminándose con las miradas.

— ¿Qué fue lo que ocurrió? —dice Liz.

Resulta un poco intimidante ver a esas mujeres de cabello azul revisando cada rincón de la habitación, es como si fueran nuestros guardaespaldas.

—Nos atacaron algunos miembros de la Elite —explica Sheryl.

—Se los dije —se queja Liz exasperada—. ¡No debemos estar en ningún lugar que signifique algo para ustedes! ¡La Elite sabrá que ustedes irán ahí!

—Como si pudiéramos confiar en ti —acusa Sheryl—. ¿Cómo sabemos que no nos entregaste tú?

—Si quisiera entregarlos, los habría llevado sin problemas ante el líder —reclama Liz alzando la voz.

— ¡Basta ya! —Intervengo, ellas sólo se fulminan con la mirada—. Yo no creo que alguien aquí sea capaz de traicionarnos.

—Eres demasiado inocente, Cobby —se queja Jackie.

—Al menos soy la única que no quiere desconfiar de ustedes —le devuelvo, David me mira incrédulo—. No hay muchos lugares a los que podamos ir, la Elite está en todas partes. Así que nos quedaremos aquí el resto de la noche y mañana por la mañana saldremos.

— ¿Cómo pretendes llegar donde la Elite si no tenemos ya el jet? —pregunta Onyx.

—Tenemos Pokemon que pueden volar, ¿no es así?