¿Problemas? ¡¿Otra vez problemas?! Cuando todo estaba tranquilo, cuando todo iba perfécto. Es cuando volvemos a donde empezamos, cuando la historia... se comienza a repetir.
Cómo es posible que luego de pasar tanto y pensar que todo había acabado, l...
-Debes... ser nuevo. - trató de levantar su cabeza. - Nunca te... - toció. - Nunca te había visto.
-Si, los demás estan ocupados.
-Acosando a mi equipo. - rió y volvió a tocer.
-¿Cuánto tiempo llevas aquí?
-La pregunta es... cuanto más podré aguantar aquí.
-Necesitas agua.
-Te matarán si lo haces.
-No tienen que enterarse. - sonreí y tomé un vaso de agua.
Ella me miraba dudosa y solprendida, me acerqué a ella y se asustó un poco pero al poner el vaso en su boca bebió sin pensarlo.
-Debes tomar más... Jennie.
-Te atraparan, vete. - seguía débil.
-Eso no pasará. - le dí más.
-¿Porqué me ayudas?
-¿Porqué no hacerlo? - tocaron la puerta. - Volveré, lo prometo.
Me alejé de ella y entraron Wonwoo y The8, detrás de ellos estaba Lía sonriéndo y tronando sus dedos, se su nombre porque se habla mucho de Danaís y de ella.
-¿Lista cariño?
Ya sabía porqué Jennie estaba en ese estado. Salí para no sufrir viendo como la maltratan. Si me preguntan, no, no conozco a Jennie en lo apsoluto. ¿Pero porqué lastimarla de esta forma?
-¿Tan rápido terminó tu turno Dino?
-No jefe, salí a tomar aire.
-Y yo salí a mirarme las bolas crecer. - se acercó a el chico. - Tienes un trabajo, es torturar a ese hijo de puta hasta que me pague lo que me debe ¿entendido?
-...
-¡Dije que si entendido!
-¡Ya me cansé de tí! - sacó una pistola y le apuntó.
-¡Jefe cuidado! - grité.
Me levanté sumamente rápido, empujé al jefe y antes de que le disparara tomé a Dino del brazo y su arma calló al suelo.
-Tu ibas... ¿A matarme?
-Yo no quise...
Tomó su pistola y lo mató haciendo que me callese algo de sangre en la cara y que Dino caiga al suelo.
-Me salvaste chico.
-Si... lo hice. - se quedó mirándome.
-¿Tu nombre es?
¿Enserio? ¿Llevo 2 años aquí y ni siquiera sabe cómo me llamo? Esto es vergonzoso.
-Me llamo Mingyu... ayudé a fabricar a Jisung.
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-No lo recuerdo, deberías ser mi guarda espaldas... Como agradecimiento haré algo que quieras.
-¿De verdad?
-Salvaste mi vida... dime lo que sea muchacho.... ¿Mujeres? Hay mucho sexo ahí... ¿Alchol? Cuanto daría por una botella.
¿Porqué cojones finge ser bueno cuando me mataría por decir que tengo hambre? En ese momento salieron los mismos 3 del cuarto donde se encontraba aquella chica.
-Quiero que me dejes curarla. - señalé, su semblante de sonrisa fingida se tornó en la típica cara del jefe asecino.
-Oh... Lía cariño. - ella miró y se dirigió hacia acá con un paño blanco y las mano cubiertas de sangre.
-Jefe. - hizo referencia y continuó limpiando sus manos.
-Ya veo que... hiciste bien tu trabajo. Una de las más fieles. - me miró. - No puedo dejarte curar a esa chica, porque Lía volverá hacerle lo mismo, cada día... Hasta que se me salga de las pelotas. - rió.
-Jefe... sino le hubiese salvado la vida..
-¿Tú hiciste que? - Lía miró el suelo. - Que pena... Dino era bueno.
-Eso es mucha sangre. - le dije.
-Sip, pero no es mía cariño... No te preocupes. - besó mi mejilla. - Jefe. - hizo referencia y se fue.
-Cuanto daría por un trasero como ese. Bueno, haz lo que quieras con Jennie, mañana se manchará de sangre otra vez. Pero piénsalo bien, yo elegiría un buen culo... y no soy el mago de Aladin, ya perdiste el deseo.
Dos hombres armados se posaron detrás de él. Yo me dirijí hacia Jennie. Al entrar ella se encontraba atada, tenía un pañuelo en la boca y mucha sangre sobre ella.... de hecho en todos lados.
-Jennie...
Xxxxxx
-Quiero que lo sigan a todos lados. No confío en él.
-Jefe... le salvó la vida.
-Pidió curar a Jennie... no bajen la guardia.
-Si pero lo....
-¿¡Vas a desovedecerme S.Coups!? - puse una pistola en su cabeza.
-N no señ.... Jefe... Claro que no jefe. - sonreí.
-Buen chico. No le quiten el ojo de encima.
Mingyu
Me acerqué rápidamente a ella, se levantó y trató de soltarse pero al ver que era yo se calmó.
-Tranquila. - quité el pañuelo.
-Por favor no aguanto más. - comenzó a llorar.
Estaba tan herida, se estaba desangrando y en cualquier momento podría desmayar. Alguien había tomado un cuchillo y le había hecho un corte en las costillas.
-Me... duele demasiado.
Tomé su cabello y le hice una coleta, ella temblada de frío ya que las paredes de esa habitación eran de metal. Tomé mi chaqueta y se la puse.
-Te van... a m matar... - me miró débil. - De bes, irte de aquí. - escupió sangre.
-Tranquila, no me harán nada.
La cargué y salí de la habitación. Habían hombres afuera que se quedaron mirándome extraño.
-El jefe no autoriza a sacarlos.
-A ella si, háblen con él. - se miraron y guardaron las armas.
Suspiré y la llevé hasta mi cama. Comenzé a llenar la tina del baño y a poner jabón en él. Volví y ella estaba tratándo de levantárse.
-Te ayudaré. - la cargué de nuevo.
-N no espera. ¿A donde me llevas?
-Tomarás una ducha... Debo limpiar esa sangre para saber dónde están la heridas.
-¿Debo... quitar mi ropa? - la senté en una silla.
-Escuchame, no tienes que hacerlo pero será más fácil si te limpias completamente. Quiero que sepas que no tengo malas intenciones contigo.
-Estoy... tan débil que no me importa, haz. - toció. - lo que creas mejor.
