Enámorarse en Otoño (OneShot: Larry)

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La estación misma estaba en todo su apogeo, hojas rojaceas y marrones, caían cual lluvía en abril, sólo que no te mojaban la ropa. El chico estaba admirando toda la escena con sus ojos verdes, viendo como las ardillas llevaban bellotas a sus agujeros en los árboles, o a las aves emigrar al sur, aunque muchas otras, se quedaban en el parque a pasar los últimos minutos de su vida, pues con la muerte del otoño, ellas igual lo hacían.


Contempló a los niños jugar en tre las hojas, parejas besárse y madres en proceso. Pero ahí, en la banca más alejada del parque, la que daba la entrada al bosque, estaba el mismo chico que veía desde hace dos semanas, el chico aún vestía la sudadera que le vió la primera vez, tenía las mejillas y la nariz roja por el frío que se sentía, estaba descalzo y en sentado en posición indio, tratando de ocultarse con una manta rota y delgada.


El chico era guapo a simple vista, pero Harry, podíadescribir todo y cada una de sus manías, despues de todo, lo observó por dos semanas seguidas, contando sábados y domingos. El chico era de tes caramelo, aunque se veía pálido por el frío que sentía, ojos azules y cabello castaño. Las pocas veces que lo había visto de pie, se había maravillado de su figura: era pequeño, pero fuerte, estable y hermoso, tenía unas piernas linda-Eso apreciaba, ya que su pantalón estaba roto en partes, dejando al descubierto grandes espacios de piel- pero se veía muy delgado, probablemente comía del bote de la basura cuando el día acababa.


Tomó un respiro, y se levantó de su lugar. Ajustó su abrigo, tomo el otro y se dirigió al chico.


-Hola- le saludó con una voz calma.


El chico que estaba mirando a un lado, hacia unas ardillitas pelear por una bellota, volteó a verlo con una mirada extraña, ya que nadie le hablaba, no después de que escuchara que lo llamaban el raro del parque "London".


-Hola- le respondió con cuidado.


Su mirada se dirigó a las manos del otro chico, en una tenía una chamarra extra. "Es tonto, ya tiene otro y no hace tanto frío" pensó. Y en la otra llevaba un vaso tapado.


-Ten-Harry, le extendió el abrigo extra.


El chico lo miraba con extrañez, pero aún así acepto el abrigo que el hombre extraño, y guapo, le ofrecía, ya que su sudadera no hacía un gran trabajo en las noches de otoño.


-Gracias- respondió Louis, mientras se cambiaba la sudadera por el abrigo.


El rizado tomó asiento en la banca con el chico, y se dispuso a observar. Llamenlo loco, pero dede esa banca, la vista era totalmente diferent; podía apreciar todo el parque desde ahí, podía ver el pequeño lago a medio congelar, los pequeños juegos para niños a un lado, la tiendas enfrente y el cantar de algunas aves, era más claro.


-Asombroso, ¿no?- la voz del chico a su lado, le sacó de sus pensamientos.


-Sí, demasiado diría yo- le respondió mientras volteaba su mirada para verlo a la cara.


Fue cuando se dió cuenta de cuán hermoso se veía de cerca, las pequeñas pecas por sus mejillas, sus pómulos prominentes y delicados, sus pestañas largas y levemente hechadas hacia arriba, y sus hermosos ojos azules, eran brillantes y cálidos, aunque ahora se veían vacíos y tristes.


Pasaron un momento agradable, hasta que el rizado se despidió del muchacho y le entregó el vaso que sontenía en la mano derecha, se encaminó por el sendero del parque y se perdió al doblar una esquina.


El ojiazul, dejo de ver y dirigió sus ojos hacia el vaso que tenía en las manos. El recipiente desprendía un calor agradable, destapo el vaso y sintió sus fosas llenarse de un rico olor a chocolate. Sonrió y bebió del vaso. Se acurrucó en su nueva chamarra y siguió observando como, poco a poco, la gente iba dejando el parque.
sorvió un poco más.

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