Niño Bien | En Pausa

3.

Emilio.

En efecto, era él, el chico que había visto minutos atrás, pero su mirada estaba ida, en otro lado, como si estuviese presente físicamente pero su alma no.
Sin entender muy bien lo que pasaba, tome un poco del agua que llevaba y con un trozo de papel para mojar su frente, no sabía su nombre por lo que sólo le pedía que despertara.
Luego de unos minutos lo hizo, inmediatamente buscó con la vista a su hermana quién lo abrazó, me dedico una sonrisa -Muchas gracias- yo sólo asentí mientras sentía la sangre subir levemente a mí rostro,  lo ayude a levantarse y con cuidado tome su cintura, en ese momento sólo podía pensar en una cosa Es perfecto, ¿Que me pasa? Es un chico, pero es uno muy bello.
Algo me saco de mis pensamientos, habíamos llegado a su casa, que quedaba exactamente frente a la mía, vaya casualidad.

- Muchas gracias, una vez más, en verdad y espero verte de nuevo.

No hay nada que agradecer, aquí voy a estar si necesitan algo. Le sonreí.

- Gracias por ayudar a mí hermano, en verdad, yo sola no habría podido con él.
Me estremecí un poco cuando la ví acercarse, me abrazó por la cintura y yo correspondí a el por no ser grosero, no estaba acostumbrado a las muestras de afecto, menos viniendo de alguien que no conozco.

- Tenemos que irnos, espero en verdad te sientas como en casa - dijo aquel chico, y justo cuando estaba por preguntar su nombre llegó alguien más e interrumpió aquella corta plática.

- Perdón por interrumpir muchachos.

Pelinegra, ojos cafés, tomó mi hombro y a causa de ello dirijo mi mirada hacia la suya.

- ¿Tú eres Emilio? El hijo de Osorio ¿Verdad? Es un gusto finalmente tenerlos por acá, me gustaría que vinieran a comer con nosotros mañana ¿Le podrías hacer llegar mi invitación a tus padres?

- Claro que sí señora, para nosotros sería un placer - Dije un tanto emocionado.
- Ahora, me retiro, mamá debe de estar buscándome ya - caminé un poco hasta el otro extremo de la calle, gire hacia la entrada de su casa, lo ví entrar y sin pensarlo una sonrisa escapó de mis labios. Si que es bello, tengo que reconocerlo. Reí ante mis pensamientos y tome el manojo de la puerta para así entrar a la casa y finalmente ir a dormir, ya era algo tarde y aún tenía que acomodar mis cosas restantes.

Joaquín.

Una vez más había sucedido, mi vista estaba borrosa, lograba divisar la silueta de mi hermana, pero lograba sentir la presencia de alguien más, no sabía quién era solo escuchaba su voz, la cual era bastante sutil y agradable, pero dentro de mi cabeza seguía la voz que tanto me molesta, por un momento sentí que no resistiría hasta que sentí algo fresco mientras alguien me pedía reaccionar, fue entonces que tome todas mis fuerzas y me levanté de golpe buscando con la mirada a Ren, quién en ese entonces era la única persona que sabía cómo controlarme, fijé mi vista en el chico que estaba a mi izquierda, miré sus ojos, por un instante me perdí había colocado una de sus manos en mi cintura para ayudarme a caminar, el camino a casa fue pesado, no quería que me vieran como una carga, agradecí una vez más por su ayuda y en el momento menos oportuno apareció mamá, invitando a quien había llamado Emilio y a su familia a comer con nosotros al día siguiente.

(...)

- ¿Y tú cómo los conoces Ma' ?- dije intentando parecer lo menos interesado en el tema

Verás, mi querido niño, la historia es bastante extensa, conozco a la familia por tu padre, ¿Quieres que la cuente aún así?

Al escuchar a mi madre decir que la historia tenía relación con mi padre, no pude evitar sentir una punzada en el corazón, sentí como si éste se apachurrase con tan solo esa mención, pero mi interés era mayor, así que asentí con la cabeza mirando atentamente a mi mamá.

Soltó un suspiro y siguió...

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Woolaaaa, lamento las horas y el capítulo tan corto, estoy buscando ideas para darle sentido a la historia, así que por el momento hoy por la tarde conocerán la historia de la relación de los Osorio con los Bondoni y a su vez el secreto que Joaco esconde.

Sin más por el momento, me despido.

Linda noche babys.💚🐇