Min Yoongi es un drogadicto, todo el mundo cree que se droga para poder matarse, pero lo hace para poder escapar de su realidad, la cual odia debido a sus constantes problemas familiares y económicos.
Al escapar de su realidad, despierta en un mundo...
Discusiones....Lo único que se escucha dentro del hogar son puras discusiones de los padres de aquel lugar. Siempre discutían de lo mismo... una, y otra, y otra vez. Cada día es lo mismo. El tema nunca cambiaba. Solo se trataba de una sola persona.
Su hijo.
Los padres de aquel chico aveces descuidaban a su hijo, pero no lo suficiente como para que este se halla metido en ese gran problema en el que estaba.
Desde que Min Yoongi entró al mundo de las drogas, ellos ya no sabían que hacer o que habían hecho mal. Los señores Min, ellos sabían desde un principio que su hijo sería capaz de hacer cualquier cosa, que sería capaz de cometer cualquier locura. Y eso aveces los preocupaba demasiado.
El señor Min se enteró de eso debido a que su esposa le contó que al entrar a la habitación de su hijo sin haber tocado la puerta, lo encontró con una pajita en la mano y la nariz y la mesa llenas de polvo blanco, acostado sobre su cama durmiendo como si no lo hubiera hecho en años. Eso les rompió el corazón a ambos y debido a eso discutían más de lo acostumbrado. Debatiendo fuertemente de sobre quién es la culpa.
Los padres de aquel chico no entendían por qué les sucedía eso a ellos. Siempre habían sido muy buenos padres, según ellos. Pero para Yoongi, eso era totalmente erróneo, Puesto a que odiaba que sus padres discutieran todo el tiempo, eso ya le estaba hartando y necesitaba encontrar alguna manera de dejar la realidad atrás por unos instantes.
Unos meses atrás, uno de sus compañeros de clases le había dicho que la solución a sus problemas se encontraba dentro de una bolsita transparente en forma de polvo blanco. Eso a Yoongi lo descoloco un poco, pero poco le importaba, pues estaba tan desesperado de poder desaparecer de su realidad por unos instantes que en una fiesta no le importó probar un poco de ese polvo haciendo que todos sus sentidos desaparecieran por un momento.
Puesto a que fue la primera vez que probaba aquello, y que había consumido una gran cantidad, sintió como todo a su alrededor se nublaba y la música a su alrededor se escuchaba distante. Su cuerpo no reaccionaba, y por su mente pasaban recuerdos fugaces.
Uno de ellos fue de suma importancia en su vida, puesto a que fue sobre su primer amor.
Cuando era pequeño, Min Yoongi se había enamorado de su amigo imaginario. Eso del amigo imaginario había comenzado cuando Min tenía siete años, y duró hasta que el chico tuvo catorce. Durante todo ese período había "convivido" muy buenos momentos con el chico imaginario, y como resultado terminó enamorándose.
Sus padres al enterarse de que se enamoró de algo imaginario, lo llevaron a un psicólogo para que lo ayuden a madurar y que se olvidara de eso de una buena vez. Cosa que creyeron que Yoongi ya había superado, puesto a que el joven ya no hablaba de eso, pero estaba muy, muy oculto dentro de sus memorias que hasta el propio Min Yoongi lo creía olvidado.
Min Yoongi, ahora con diecinueve años, volvió a recordar a aquel chico que le había robado el corazón en su infancia.
Un chico de bellos cabellos rosados, labios gruesos, piel hermosamente lechosa, mejillas levemente abultadas y lindos ojos que se escondían al hacer aparición a una encantadora sonrisa blanca.
Simplemente Park Jimin le robaba sus suspiros día a día cuando convivía con el. El era el chico perfecto a los ojos de Min.
Justo cuando Yoongi recordó eso, se había desmayado, sus compañeros de la fiesta lo habían dejado en una de las habitaciones sobre la cama y sobre la mesita de noche le habían dejado un paquete que de seguro Min querría utilizar en alguna otra ocasión.
Mientras tanto, varios minutos después, Yoongi sentía que despertaba. Se levantó lentamente, viendo que a su alrededor todo era totalmente distinto a la realidad en la que vivía. Miro todo con detenimiento, cielo azul, nubes blancas adornando el cielo, y a lo lejos vio una casa pequeña.
Camino a paso lento acercándose a aquel lugar, sintiendo muy dentro de si, que ese lugar se le hacía muy familiar. Ya estando al frente del lugar, tocó el timbre por instinto y espero a que alguien apareciera.
Min no estaba preparado para la imagen que vería, pues aquel chico que abrió la puerta lo dejó inmóvil en su mismo lugar. Lo miró sorprendido mientras analizaba cada detalle de su hermoso rostro.
A cambio, el peli-rosa solo lo miro y le dedicó una hermosa sonrisa para después hablar.
—Bienvenido a Serendipia....Te extrañe MinMin...
(☆☆☆)
Fin del prólogo. Espero que apoyen esta historia y le den mucho amor uwu💕 ;) —Próximamente—
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