Una escena dentro de la iglesia, la ceremonia había empezado, las campanas ya habían dejado de sonar después de vibrar 3 veces. La luz de la luna y las estrellas apasiguaban el lugar, y con el viento dejando brisas agradables hacían de esa noche algo único.
-Por fin, ...entre- decía mientras acaricia sus labios carnosos con su lengua larga y puntiaguda. Comenzó a caminar contoneando sus caderas, haciendo sonar sus cadenas que adornaban ese pantalón ajustado que hacía resaltar su figura. Los tacones hacian juego con la chaqueta de hule que traía consigo, dejando ver un medallón con forma de demonio que decoraban sus grandes senos rosados y blancos.
Caminaba como si estuviera en una alfombra roja; firme, decidida y con los ojos llenos de odio que al mismo tiempo se reflejaban en su peculiar sonrisa de lado.
- No hay tiempo que perder, a mi señal entrarán y ya saben cómo tomar el Centro. No tendría por qué repetirlo.-
Dos sombras tras de ella se dejaron ver para luego ser absorbidos por su sombra. La chica entra a la iglesia...
-Èsta es la noche, la única que funciona para dar un comienzo para el fin... No lo decepcionaré mi señor...-
Abrió la puerta principal de par en par como si se tratara de una cantina, todos posaron la atención a ella, viéndola con sorpresa, miedo, molestia y pensativos.
-Claramente el pan sobre la mesa, la sangre en los invitados a esta cena- canturreo la chica.
Todos comenzaron a murmurar y uno que otro hablaba en voz alta para tratar de entablar diálogo con ella.
-¿Desea algo en la casa de nuestro Señor Jesucristo?- Hablo con voz grave y elevada el Padre- Estamos en una ceremonia importante, puede tomar asiento si así lo desea...todos son...
-bienvenidos? - interrumpió- no lo creo. Me costó trabajo cruzar esta línea sagrada, pues como ve... El mundo tiene más pecado y es fácil andar por las calles...pero un suelo sagrado...prácticamente se necesito mucha inteligencia y energía para poder tocar con mi tacón su putrefacto lugar.-
-Aquí se puede hablar con libertad, pero por ética te pediré que te retires si sólo vienes a blasfemar e ignorar lo que Dios te dá.-
-Pronto todo lo que conocen se irá a la remota era de la edad obscura, dónde había un poco más de sentido común para entes como yo. Mi señor estará complacido con todas las almas que pronto se cenará y sin necesidad de un pan y un cáliz.- canturreo y carcajeo leve.
El padre comenzaba a perder la paciencia e hizo una señal para que 2 ministros jóvenes escoltarán a la dama a las afueras de la iglesia.
Sin embargo la chica hizo un gesto como n ambas manos en posición horizontal hacia los ministros e hizo que salieran volando a 2 metros de distancia.
-No quisiera perder mi valioso tiempo con ustedes- elevó un poco la voz. El público comenzó a inquietarse debido a lo poco natural que acontecían.- Todo lo que conocen, todo lo que aman a de cambiar hoy...- avanzando ante el altar con esas uñas que parecían garras tomo a una niña que se sentaba al principio de las bancas de madera. -...comenzando con un ser inocente a punto de hacer la comunión- sonrió y la niña comenzó a temblar y a llorar pero antes de emitir un segundo grito su cuello ya había sido triturado y clavado por las manos de la mujer. Las uñas perforaban sus venas de manera que la sangre salpicaba estripitosa mente por todos lados.
Muchas personas intentaron detenerla pero la mujer chasqueo los dedos y las 2 sombras se desprendieron de sus pies convirtiéndose en dos demonios con formas incontables. Uñas, sangre, pelo y un olor a la misma muerte, las bestias bloquearon el paso para tocarla. Empujaron a la gente y en algunas ocasiones la herían.
-DEJANOS IR DEMONIO, NOSOTROS NO SOMOS COMPLICES DEL PADRE NI DE NINGUNO DE LOS DE AQUI DEVOTOS.- Exclamaba un señor con su esposa.
-Nadie se irá, por el simple hecho de estar aquí es que persiste algo de esperanza en alguno de ustedes y con asco debo decir que todos son hijos de Dios.-
Al siguiente chasquido las dos bestias fueron y atacaron a una mujer que cuidaba un bebé y a un hombre de avanzada edad.
Con la sangre de la inocente se comenzó a trazar una especie de marca en el suelo.
-Un sello, un pacto, una maldición. Todo esto es necesario para el gran banquete de nuestro Señor oscuro- Sus pupilas estaban completas, se escuchaba agitada y con desesperación.
Los dos demonios acercaron los cadáveres y los colocaron en posición al norte, este y oeste