Las vieron llegar todos, y es literal: TODOS. Las vieron el director y los profesores. Las vieron los alumnos y el conserje. Todos vieron llegar a Tara y a India Baker. Las hermanas llamaban tanto la atención que parecía ilógico. Claro, no todos los días ves que dos chicas entran a una institución elitista y sumamente disciplinada vistiendo camisetas musculosas con el símbolo anarquista. El contraste era épico: ellas dos con piercings, brazaletes, ropa para nada formal o siquiera correcta y todos los demás con el estirado uniforme de Westside. La reacción de la masa de niños ricos que asistían al colegio fue apartarse de las hermanas que caminaron hasta la puerta donde el director las esperaba de pie con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
-¿Se puede saber qué es este escándalo?
-Gay.
-Estirado.
-Duerme en el ático.
-Vive con su madre.
-Anda en motoneta.- el director enrojeció de furia. De repente las hermanas dejaron de mirarse y dirigieron su vista al hombre. Olfatearon el aire como los perros y tras reír, dijeron al unísono:
-Perfume del supermercado chino.- El señor fingió no haber oído y solo dijo:
-No toleraré ningún tipo de insolencia. Y menos de dos mocosas como ustedes.
-Lo sentimos señor Bates, no volverá a pasar.- Dijo con sorna India. Era un poco más baja que su hermana y llevaba el largo cabello negro como la noche suelto y enmarañado. Tara rió. Acomodó su cabello con la mano y miró al director a los ojos. Tenía el cabello corto a diferencia de India y tenía tatuado en el hombro el símbolo anarquista. Usaba anteojos y un anillo dorado por dedo.
-Síganme las dos.
El director les mostró el colegio a las chicas y al finalizar las llevó a su despacho.
-Se les hará entrega del uniforme y en su habitación dispondrán de lo esencial. Las reglas están detalladas en la libreta de asistencia que les di. Si me entero que hacen algo fuera de lugar, las consecuencias serán todo lo duras que se me antoje. ¿Está eso claro?
-Sí, claro como el agua.- replicó India
-Fuera de aquí.
-Las consecuencias son lo único que tiene duro ese hombre.- dijo Tara despectiva cuando hubieron abandonado la oficina.
-Eres mala- rió su hermana.
-¡Niégalo!
-Lo peor es que tienes razón.
Las mellizas iban rumbo a su habitación. Pasaron por el pasillo donde estaban los lockers y vieron que un grupo de cuatro chicos molestaba a un muchacho. Este era más alto y grande que quienes lo atacaban pero parecía un cachorro asustado e indefenso.
-¿Ves eso?
-Me huele a cobardes.
-Poco dotados.
-Niños de mami.
-¿Vamos Tara?
-Sí, por qué no. ¡Oigan! ¡Basta!- los cuatro se voltearon hacia ellas y las miraron altivos.
-Déjenlo.
-¿O qué?- ambas se acercaron a los cinco chicos.
-Déjalo y vete.- India observaba. -Yo sé que si estuvieras solo no te atreverías a molestarlo.
-¿Y tú qué sabes?
-Sé que eres un cobarde.- la miraron sin pronunciar palabra.-Vamos a hacer esto: van a alejarse uno a uno de él, se van a disculpar, van a devolverle su sándwich y le darán su dinero del almuerzo para que lo use él. Excepto tú- señaló al muchacho con quien había estado discutiendo.-Tú me darás a mi tu dinero porque estoy hambrienta. ¿Estamos claros?- Uno a uno y sin saber por qué, los bullies hicieron lo que Tara Baker les ordenó.
-Te lo a...
-Tú vete. Pírate, anda. ¡Shu! Desaparece.- el enorme muchacho huyó tan rápido como los otros. Tara lo llamó -:¡Espera!- el chico paró. -Soy Tara Baker.
-S...soy Jackson Burton...
-Aburridooo- exclamó India
-¿Q...qué...?
-Te llamaré Jax. ¿Te gusta Jax? Nos gusta Jax. ¿Qué tal?
-¿J...Jax? s...sí, me gusta Jax.
-Bien Jax, serás mi amigo- contestó la más alta sonriendo.
-¡Oye! ¡Él será MI amigo!- cuestionó India.
-Yo...yo...
-¿Que tú qué Jax?
-Me parece que quiere ser mi amigo.
-Cállate India.
-¿Y si es NUESTRO amigo? ¿Tú qué opinas grandullón?- el muchacho asintió.
-¡Yey! Ahora largo muchachote, ya hablaré contigo luego.- la voz de Tara adquirió un tono sospechoso y le lanzó una última mirada furtiva antes de irse con su hermana rumbo de la habitación.
