Todos los sonidos de afuera parecían haberse apagado. No escuchaba a los niños de la casa vecina con los que jugaba Karen a veces, no escuchaba el traqueteo de algún auto. Nada. Sólo el latido alterado en su pecho hasta sus oídos mientras apretaba el botón de " colgar" de su teléfono. Ya lo sabía. Algo en él sabía que estaba yendo demasiado lejos, que realmente no era esa clase de persona. Fue el miedo lo que le empujó a hacer ese pedimento, a sellar su pacto con el diablo a cambio de una ilusión de paz.
Pero la vida no se sostiene de ilusiones y él lo sabía malditamente demasiado. Dejó el celular en la mesa y fue a su habitación, para encontrarse a Ike todavía dormido, abrazando su peluche favorito. Sintió escalofríos en la espalda, sin atreverse a cargarlo, ni siquiera a mirarlo más tiempo. Tomó la cajetilla sobre el tocador y salió al patio, exhalando el humo mientras se masajeaba el puente de la nariz. Iba a ser difícil explicarlo, sin duda. Iba a ser imposible enfrentarlo. Su espalda se encontró con la pared y se dejó ir hacia abajo hasta sentarse, inhalando hasta sentir el peso de no haber desayunado más que humo. Volvió la vista al cielo, chocando la cabeza contra la pared de su casa, sólo para comprobar que no iba a comenzar a desvanecerse al ser roto el hechizo. A dónde esperaba llegar caminando a oscuras.
-¿Kyle?- no vio a Karen acercarse hasta que la tuvo al lado, con esos enormes ojos castaños mirándole fijamente-¿Ya sabes a dónde fueron?-
-Sí- exhaló el humo antes de apagar el cigarrillo contra el piso-Justo ahora están rumbo Denver- tragó saliva, acarciando su brazo- encontraron muerta a la mamá de Eric y fueron a enterrarla-
-¿Muerta? ¿ Por qué se supone que eso es malo?- Kyle se encogió de hombros, pasando sus dedos por el cabello todavía mojado de la niña.
-Lo es porque Eric se puso muy triste se mordió con fuerza los labios. Sabía que Eric se derrumbaría si llegaba a enterarse pero se suponía que él estaría ahí para apoyarle, para consolarle diciéndole que no importaba porque ahora ellos eran su familia y nunca tendría qué estar solo, borraría su culpa colmándolo de cuanto deseara. No se suponía que Kenny se involucrara ni mucho menos le llamara a gritos desde la carretera a Denver, no cuestionando sino señalando a Tweek como el responsable de esa tragedia ya que era un maldito loco, un desalmado vengativo. Kyle guardó silencio, fingiendo una sorpresa que más bien era pánico. No conocían el paradero de Tweek y esa era su única carta bajo la manga. No estaba listo para enfrentar su responsabilidad. Y Tweek sin duda no iba a encubrirlo.
Los dedos de Kenny en su cabello se sentían rugosos, torpes. Un consuelo apenado, más una disculpa. Sollozó un poco más bajo, apoyando su cabeza en su pecho. Era imposible que asimilara esa serie de eventos tan pronto. Desde que llegaron a South Park sólo habían pasado dos días. Uno para encontrar el cadáver, otro para el reconocimiento y la rápida entrega de las cenizas porque debido al estado de putrefacción no podían demorar más. El vagabundo que Kenny había encontrado le dio el tarro de cenizas sin ninguna clase de tacto y no era que a esas alturas Eric guardara alguna esperanza de recibir calidez ajena, de cualquier modo. Pero dolió más al saber que no podía volver a su casa porque la zona estaba acordonada y quizá, incluso de haber podido hacerlo, los recuerdos hubieran golpeado tan fuerte que sus pies no hubieran respondido. Abrazó el tarro de metal, burocrático y sin ninguna leyenda. Bien podía ser que lo que contenía fuera simple arena o polvo. Gimió, abrazándolo, rezando por esa poca misericordia para el cuerpo de Liane que le permitiera una última voluntad. Aunque él hubiera preferido por supuesto conservar las cenizas, sólo para llenar un vacío. Dos días se llevaron todas las ilusiones de su vida, si bien corta, no tan frágil para ser derribada por cuarentayocho horas de porquería. Tantas preguntas naciendo en su estómago, subiendo hasta su garganta para asfixiarlo, para atormentarlo por no tener a quién dirigirlas. Tanta rabia sin saber si tenía derecho a sentirla, acallada por la culpa de haberla abandonado, de haberle mentido por ir tras su historia de amor de canción juvenil. Ojalá hubiera podido permanecer un poco, sólo un poco más inocente. Escuchó a Kenny hablar con Kyle y no podía dejar de escuchar ese nombre en su cabeza, resonando violentamente en su cerebro.
-Kenny ¿Sabes dónde podemos encontrar a Tweek?-
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Estoy feliz y triste porque ya sólo faltan dos capítulos :X
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Soda atómica
FanfictionMirrorVerse AU South Park. South Park nunca ha sido un lugar común ni pacífico. Desconfía de los más callados, dicen.