Encerrado...
Viviendo entre la inmundicia y los desechos humanos.
La gran colección de Murkoff tenía de todo.
Caníbal, deformes, psicópatas, necrófilos...
Había al menos un espécimen de cada uno dentro de Mount Massive.
La basura que la sociedad ya no quería, reunida en un solo lugar.
Él sabía perfectamente lo que había hecho, las mujeres que había matado por no cumplir sus estándares.
Y poco podría importarle, pues él sabía perfectamente lo que había hecho.
Se lo dijeron cuando lo arrestaron, lo confirmaron los médicos, y cada noche revivía todo lo que había vivido y lo que le había llevado a ese lugar.
Si tan solo las cosas hubieran sido diferentes.
Quizás tendría la familia que tanto quería.
Podría tener los hijos con los que soñó, la esposa amable y dulce que cuidara de él y los pequeños.
Una gran casa en el campo, donde el protegería en su familia.
El solo quería una familia tranquila y feliz.
Olvidar todo el dolor y los abusos, eliminar las pesadillas que aun después de tanto tiempo lo aterraban por la noche.
No quería dañar a alguien.
El solo quería amor.
El amor de una mujer que le demostrara que la vida no era esta mierda en que estaba ahora.
-preparen a Gluskin, va a entrar al motor en una hora-
Al escuchar esa orden solo pudo morder su labio y temblar.
Tenía miedo y sentía odio.
Sabía que tenía dos opciones, luchar o rendirse.
Y ambas terminarían con él en el motor.
Por ello dejo que le llevaran sin pelear.
Pero al ver la enorme máquina, algo dentro de él se desesperó.
Tenía miedo....
Deseaba tanto que alguien le ayudara.
Por eso se arrojó contra el vidrio, rogando ayuda.
Golpeo con todas sus fuerzas, pero no valió de nada.
Igual le ingresaron al motor.
De todas maneras, termino expuesto a todo el dolor.
Perdió el conocimiento, debido a todo el estrés.
Y cuando despertó.
Estaba en una suave cama, en una cálida y cómoda habitación.
-estas despierto-
La voz de ese chico le parecía familiar.
Sus brillantes y hermosos ojos le miraban con preocupación y ternura.
- ¿Cómo te sientes? -
Intento responder, pero su voz no salía.
Dolía demasiado, seguramente le habían arrancado los tubos sin ningún cuidado.
-bebe esto, te ayudara-
El tomo con cuidado el vaso, pero sus manos temblaban.
El chico sonrió con paciencia y le ayudo a llevarlo a sus labios.
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Como un sueño
FanfictionEddie pedía ayuda, pero el no podía dársela... Pero al menos podía hacer algo diferente por el.