Capítulo 4

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En los siguientes días Leslie y Andrew pasearon por los alrededores de Eilean Donan, pero siempre en compañía de terceros, para que nadie pensara nada raro. Durante esos paseos los dos fueron conociéndose mejor el uno al otro.

Leslie le contaba cosas de su niñez y cómo desde muy pequeña siempre intentaba hacer las cosas para impresionar a su padre, y así tener su aprobación, mientras que Andrew le contaba sobre su vida, obviando el tema del ataque de McFallen.

-          ¿Qué piensas hacer al llegar a Tantallon? -. Preguntó Leslie con una sonrisa.

-          Lo primero que pienso hacer es limpiar el castillo por completo con la ayuda de mis hombres y las pocas mujeres que tengo en el clan. Después empezaré a construir cercados para poder tener a los animales cuando comience a comprarlos.

-          ¿Qué animales?

-          De todo un poco. En Tantallon siempre hemos tenido una amplia variedad de animales. Desde gallinas hasta vacas, pasando por las ovejas, e incluso cerdos. Por supuesto, antes que ninguna cerca, tendremos que arreglar, e incluso puede que tengamos que construir las cuadras para los caballos, no pienso permitir que ninguno de ellos duerma a la intemperie más de lo debido. Ellos nos cuidan durante las batallas y nuestros viajes, y nosotros debemos hacer los mismo con ellos.

<< Por otro lado, las mujeres me han dado la idea de hacer un pequeño huerto tras el castillo, para así tener nuestra propia comida; Además, también tenemos pensado plantar varios árboles frutales. También tengo que construir nuevas casas para mis hombres y sus familias. La última vez que algunos de mis hombres pasaron por allí a escondidas, descubrieron que los McFallen habían quemado todas las casas de los aldeanos.

-          ¿Y dónde se van a quedar mientras construís las casas? -. Preguntó Leslie maravillada por todo lo que Andrew le contaba.

-          Conmigo, dentro de la fortaleza. Prepararemos el salón y diversas habitaciones que están vacías para que duerman ahí. No pienso permitir que ninguno de ellos duerma al raso mientras haya modo de evitarlo.

Tras esa revelación Andrew y Leslie siguieron su paseo, hasta que Isobel, la niñera de Lindsey que los acompañaba en esa ocasión, les informó que era hora de volver para cenar.

A la mañana siguiente, con la ayuda de Lindsey e Isobel, Leslie comenzó a guardar sus cosas en los baúles que había llevado para el bautizo. Debía volver a su casa para hablar con sus padres de los planes que tenía con Andrew. Por primera vez en su vida, Leslie estaba dispuesta a luchar por lo que quería, y lo que quería más que a nada era casarse con Andrew, ser la madre de sus hijos, y la señora de su castillo y sus tierras.

-          ¿De verdad vas a enfrentar a tu padre por Andrew? -. Dijo Lindsey mirando la sonrisa que tenía Leslie en la cara, desde que Isobel entrara al cuarto para ayudarlas con una flor de parte de Andrew.

-          Por supuesto. Andrew me gusta, me gusta mucho. Y quiero cumplir todos los planes que hemos hecho.

A la mañana siguiente Leslie se marchó de Eilean Donan. Los nervios por el encuentro con su padre podían notarse desde la distancia, pero estaba decidida a que su padre aceptara a Andrew, su relación, su futuro. Ya podía imaginarse casándose él, teniendo a sus hijos, y a estos corriendo por los alrededores del castillo, mientras su padre – Andrew- corría tras ellos, después de haber realizado todas las tareas del castillo pertenecientes al Laird.

Si bien era cierto que en ese momento Andrew no era nadie y no tenía nada, con el tiempo volvería a tener el poder y las tierras que antaño tenían los McFelton.

Enamorada de un ProfugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora