Capítulo 13

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Parecía que el tiempo se había detenido, Bill miraba a Tom como si fuera un fantasma. Ahí plantado ante él, dirigiéndole una amplia sonrisa como si nada. Tenía tantas cosas que decirle, pero separaba los labios y de ellos no salía nada.

—Johnny, te presento a Bill—se adelantó Mark—Y a su amigo Georg.

—Encantado de conoceros—dijo Tom sonriendo más aún.

—Lo mismo digo...Johnny—murmuró Georg carraspeando.

Tenían que seguir el juego, estaba claro que Tom estaba de incógnito y lo mejor era no hacer o decir nada que los delatase.

—Ya se iban, pero seguro que logras convencerlos de que se queden a tomar una última copa con nosotros—insistió Mark de nuevo.

—Ya se iban Mark—repitió Tom negando con la cabeza—Lo dejamos para otro día.

—No—intervino al fin Bill—Nos podemos quedar a tomar una copa más.

Mark sonrió satisfecho y antes de que nadie se pudiera negar empujó a su amigo dentro del bar y guió hasta la barra. Bill y Georg les siguieron en silencio.

—Queremos 2 cervezas—pidió Mark al camarero.

—Otra para mí, y Georg tiene que conducir así que otra agua para él—pidió a su vez Bill.

El camarero asintió y sirvió sus bebidas que Mark se apresuró a pagar. Cogió la suya y deliberadamente se puso al lado de Georg dando la espalda a Bill y a Tom.

—Dejemos que los tortolitos se conozcan—murmuró guiñándole un ojo a Georg.

Georg suspiró y echó un trago a su bebida. Tenían que irse cuanto antes de ahí, estaban poniendo en peligro la misión de Tom pero a Bill en esos momentos le daba igual ser policía o no. Solo quería estar con Tom costase lo que costase.

—Y... ¿qué te ha traído por aquí, Bill?—preguntó Tom con toda naturalidad.

—Yo...me sentía mal—contestó Bill sabiendo que con Mark cerca tenía que medir sus palabras, y recordando lo que ya le había contado Georg no le quedaba otra que seguir con la misma historia—El chico que me gusta ha pasado de mí.

— ¿Si?—dijo Tom alzando una ceja— ¿Seguro?

Bill asintió con la cabeza mirándole fijamente. Claro que estaba seguro de que Tom había pasado de él, sino no entendía como había podido irse a una misión si ni siquiera despedirse o pedirle que le esperara.

—Tal vez...no ha tenido más remedio—murmuró Tom carraspeando.

—O tal vez no quiere estar conmigo porque somos compañeros—se le escapó a Bill en voz alta.

— ¿Compañeros de qué?—intervino Mark sin poderse contener.

Estaba claro que aun dándoles la espalda estaba atento a cada una de sus palabras, comprobando que Bill podía ser el chico que sacara de su tristeza a su amigo.

—De clase—contestó Georg con rapidez.

—Sí, de clase—repitió Bill tratando de calmarse—El cree que debe centrarse más en estudiar que en mí. No le deberé gustar mucho por lo visto.

—Ese tío es idiota, y perdona que te lo diga—dijo Mark resoplando—No pienses más en él Bill, no lo merece. Eres muy guapo y si ese chico no lo sabe apreciar, pues allá él. Yo que tú le olvidaba, no perdía más el tiempo con él.

—Mark, no sabemos toda la historia, no deberíamos opinar—intervino Tom algo molesto.

—Es mi opinión, lo siento—murmuró Mark volviéndose de nuevo.

Rookie BillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora