Hace unos años quizá al imaginar mi día de hoy hubiera imaginado cosas muy distintas. Quizá la vida que esperaba abrazar se quedó en un suspiro y estoy viviendo la vida de una extraña. Quizá la vida que he construido ni me ha tocado ni la he elegido. Seguramente todas seamos una parte de un juego de piezas que se moldean para encajar en su propia vida. Así me siento yo, una extraña que ha luchado y sufrido por colocarse en un sitio que nunca creyó suyo.
Tengo casi 21 años, estudio en la universidad y trabajo algunas horas en una pizzería de mi ciudad. Nadie debería sentir envidia de mi vida, o si. Es difícil saber quién es la afortunada y quién vive un vida de lo más común y entre comillas planificada.
Cuando tenía unos cuantos años menos afirmaba sin dudar que cuando cumpliera la mayoría de edad me independizaria. El día de mi 18 cumpleaños me iría de casa para no volver. Error. Sigo viviendo con mis padres.
Esta dependecia que nos toca vivir a los jóvenes es quizá de lo peor que tengo ahora mismo en la vida. No me gusta. No tengo unos padres controladores que me digan lo que tengo que hacer ni nada así, pero la realidad es que no me siento en un hogar, siento que habito con dos personas que no hacen demasiado por conocerme y que soy una inquilina que debe buscar un hogar.
ESTÁS LEYENDO
Miísima
Romancequizá historia de amor se quede corta para este relato, quizá sea la historia de una construcción mutua entre dos mujeres unidas por el amor más insaciable que jamás pudieron imaginar
