Capítulo 11 - Borracha.

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Se podía decir que la tensión se podía cortar con un cuchillo, Juliana tenía el corazón en la garganta, no tenía certeza de que estaba haciendo lo correcto, y ver el rostro expectante de Camila no ayudaba en nada a cambiar ese estado nervioso y un poco desesperado, mientras que Camila estaba un poco dudosa sobre la revelación que le quería hacer, pues ese estado en la morena no era para nada "normal"; la pelirroja decidió arriesgase un poco para calmar a esa inquieta muchacha que la miraba.

Los dedos de ambas chicas se entrelazaron. — ¿Sabes que me puedes decir lo que quieras? Lo sabes ¿No es así?, no importa lo que sea, yo estaré para apoyarte.

—No es algo fácil Cami.

—Hay muchas cosas que no son fáciles, pero ya lo dije, estaré ahí para ti, no importa lo que pase, solo... confía en mí, por favor.

Juliana pudo ver los ojos suplicantes de Camila, teniendo completa certeza de que cuando abriera la boca, su espíritu se quebrantaría de tal manera que ya sería irreparable, algo que nunca se perdonaría.

—Prométeme que no me odiarás. — Los ojos de Juliana se cerraban con fuerza para evitar que las lágrimas se le escaparan de manera irremediable.

—Nada me hará odiarte.

Camila era inocente frente al tema, pero Juliana no y eso solo la hacía sufrir el doble, sabía que tenía el poder de quebrar a Camila de tal modo que nunca más se pondría de pie, sabía que tenía las facultades para instaurar el más profundo odio en su corazón, sabía que enamorarla había sido la peor estrategia, pues ahora, el dolor sería mucho más intenso, ahora el dolor sería completamente irreparable y para cuando la verdad saliera a la luz sería tan destructiva como una bola de nieve rodando con fuerza desde la punta de una colina.

—Yo...yo participaba en las carreras... clandestinas. — "Dile, dile que la muerte de su hermano fue tu culpa" le gritaba una voz al interior de su cabeza, pero nada logró salir de sus labios, el resto de la verdad quedó estancada en el fondo de su garganta.

—¿Lo sigues haciendo?

Juliana solo negó, más para espantar ese nudo en la garganta que no la dejaba respirar que para responder la pregunta de Camila.

—¿Por qué debería odiarte por eso?

Luego de una profunda respiración la morena pudo volver a hablar. — Porque sé...sé que tu hermano... murió arrollado... sé que quizás puedes...puedes repudiar esas... acciones. — Juliana quería dejar de divagar, quería decir la verdad, quería hacerlo por Camila, pero nada quería salir de su boca. — Teníamos... teníamos que sacar...dinero de... de alguna manera... solo corría...por dinero

Camila, con sentimientos encontrados acortó la distancia que la separaba de Juliana, envolviéndola en un abrazo tan necesitado como si de eso dependiera su próximo halito de vida; no sabía que decir, era verdad que tenía sentimientos encontrados, pues quizás, Juliana alguna vez convivió con el asesino de su hermano, luego imaginó la remota posibilidad de que el asesino y Juliana fueran la misma persona, pero la desechó de inmediato, pues sabía que esa chica con corazón de oro no podía ser esa cruel persona, luego pensó en que la muchacha hizo esto por necesidad, no podía odiara por eso si la misma vida la había empujado a moverse en esos ambientes.

—¿Lo sigues haciendo? — Preguntó con la voz más suave que pudo.

—No. — Juliana aun no tenía el valor de abrir los ojos.

—Mírame por favor. — Susurró sobre sus labios, dando ese empujón que se necesitaba para que marrón y dorado se encontraran. — No te odio, no te puedo odiar por algo que tú no elegiste, tampoco te puedo odiar por alguien que no eres, sé que tú no eres como la persona que mató a mi hermano, tú no eres así amor.

Accidentes del destino - (Ventino) [Jumila]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora