Los Svenssön

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Arian llama alguien por teléfono, no sé quién, pero al cortar dice.

– Ella viene para acá.

Ayudo a limpiar el desastre. Minutos después veo entrar a una mujer esbelta de cabello castaña media rojizo y lacio hasta lo hombros. Su rostro es en forma de corazón, de piel blanca que parece porcelana. De ojos verdes claro. a pesar de que es esbelta su estará es mediana con un buen porte y una buena figura a pesar de su edad que no deben de superar los 55 o tal veces menos, pero tengo que admitir que los luce muy bien. Es más parece más parece más joven de los aparenta.

– ¿Qué mierda paso aquí? – pregunta con mal humor o eso parece ya que su rostro es indescifrable.

– Al parecer el carbón de tu hijo, se anda cogiendo a las sumisas de Preston Cross Rostov y ha venido aquí a buscarlo. – le dice Arian.

La castaña mira para todos lados y de pronto fija la mirada en mí.

— ¿Y está quién es? – pregunta. – vete, querida. No es asunto tuyo. – me dice moviendo sus manos con arrogancia. y entonces pienso que es muy superficial, y antipática. Miro a Arian y este me lanza una mirada de que haga lo que me pidió.

Entro a la cocina en donde veo Manson y la rubia que está limpiar los restos de platos rotos que hay en el suelo, ademas de sangre.

— ¿Quién es esa mujer? – pregunto. La rubia me mira con cara de pocos amigos y no sé porque. Luego pasa la mirada en Manson.

— Es Freya Svenssön. Una de las jefas de la sociedad y dueña de empresas Svenssön. – asiento. <<Y pienso que el apellido es impronunciable.>>

— Arian menciono a su hijo.....ehmmm.... ¿Qué tienen que ver ella y su hijo con lo que paso? ¿Por qué Arian la llamo? – indaga curiosa.

— Hey, cálmate, ¿porque tantas preguntas? – interviene la rubia.

— Perdón. – me disculpo. – es que quiero siempre saber todo. Y suelo irritarme cuando no se todo lo que pasa a mi alrededor. – confieso. La rabia enarca una ceja y me mira como si me hubiera salido otra cabeza.

— Si, ya lo note. – me da la razón la rubia. – veras mi hermano es un cliente frecuente de aquí, venia todas las noches a emborracharse y cogerse a las bailarinas. – me cuenta la rubia.

— pero hace mucho que no viene, es un joven complicado, y suele meterse en lugares en donde no lo llaman o no es invitado. – agrega Manson.

— ¿Qué quieres decir? – pregunto al no entender.

— Los Svenssön pertenecen a la mafia sueca, y son rivales mortales de la mafia rusa. – me contesta Manson. Asiento sin entender. No sé qué tiene que ver lo que pasó esta noche, pero creo que tiene sentido, supongo.

— mi hermano en el pasado se metió con ellos, y es una historia larga. – me dice la rubia con un suspiro de frustración.

— la cosa es que por ese carbón, la sociedad corre peligro. – inquiere Manson que parece estar enfadado con él.

Tengo que admita que estoy más confundida que antes. Los miro como esperando que me da más respuestas. Ambos se miran y suspira con frustración.

— Larga historia, hay cosas, Zora que descubrirás con el tiempo. – me dice Manson. Asiento. – solo te diré, que los Rostov, son peores que los Svenssön. – la rubia lo mira con el ceño fruncido. – es la verdad, tu familia es peor, salvo tú, Neve. – la rubia sonríe y lanza una risita. – Nunca te enfrentes Preston o no vivirás para contarlo. – me advierte.

Juego de asesinos: Quiero ser tu nueva obsesión © + 18| Libro 1 |✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora