BÉLGICA.

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El ruido del lugar, los teléfonos sonando, la gente arrastrando su silla, los tacones de las secretarias, los gritos del jefe...era demasiado para Irina. Estaba ahí, sentada sin saber que hacer exactamente. "Siéntate y no te muevas de aquí", ¿A dónde se supone que iría? Estaba en un lugar desconocido, estaba en una comisaría. A pesar de la muerte de sus padres, de tener que estar en su velorio, sólo estaba ahí, sentada, esperando quien sabe qué, a quién sabe quién. Miles de preguntas se arremolinaban en su cabeza, ahora sólo quería descansar y llorar toda la tristeza reprimida. 

Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos por el  portazo de una puerta al cerrarse. Irina volteó por inercia a ver quién entraba. Era una mujer alta y delgada. Su cabello estaba amarrado en un chongo poco arreglado y vistiendo un traje de falda. Era una mujer muy elegante, pero que imponía con su presencia, por eso, cuando se  quitó las gafas obscuras y miró un instante a Irina, ella,  avergonzada volteó la mirada. 

Unos instantes después, el comandante abrió su oficina y se sorprendió de ver a la mujer.

-¡Oh! señorita, no pensé que llegase tan temprano- Dijo el hombre, quien rápidamente se sentó en su escritorio y con un movimiento de su mano, invitó a sentarse a esa mujer.

Irina no quería voltear. Estaba asustada, esa mujer no se veía con buenos ánimos. 

-Dígame las cosas rápido; recuerde que no tengo tiempo. Apenas me enteré, tome un vuelo, pero necesito regresar de inmediato-

-Claro, claro- El comandante rápidamente sacó de su escritorio un sobre- Aquí está. Es lo que pidió por teléfono- La mujer no dijo nada y tomó el sobre, lo abrió y checó su contenido.

-Perfecto- El hombre sonrió con alivio- Recuerde, no hablar más del tema. En cuanto tenga más noticias sobre el accidente, notifíquemelo. 

-¡Señorita, por favor!- Dijo el comandante un poco alterado y miró a Irina-Tenga un poco de tacto-

La mujer volteo a ver a Irina y se levantó de su asiento para acercarse a la muchacha.

-Irina- Llamó la mujer. Irina estaba asustada ¿cómo sabía su nombre? Levantó su rostro y fue cuando la reconoció. Esa mujer era su hermana, la había visto en algunas fotos que su padre había dejado de manera descuidada en su estudio. No había duda. 

-¿Hermana?- Estaba sorprendida pero también confundida, aunque también algo esperanzada, por lo menos no estaría sola. 

La mujer hizo una mueca –No me llames así- Irina sintió frío cuando ella le dijo eso- Vendrás conmigo.- La mujer se volteó- Me retiro. Por favor, que sólo hable si son asuntos urgentes, esta ocasión estaré muy ocupada. 

-Por supuesto, señorita. Buen viaje-

Irina se levantó con pesadez. Aquella mujer era su hermana, estaba muy segura, pero ahora mismo, ella la había rechazado. Salió de aquella oficina y trató de seguir el paso apresurado de la mujer, quien con su porte, no necesitaba pedir el paso, la misma gente se lo daba. "No se parece a mi padre", pensó en su adentros. 

Al salir de la comisaría, un auto negro esperaba. La mujer se subió en la parte del copiloto, e Irina la siguió subiéndose  en la parte de atrás, aunque se sorprendió de ver que su hermana tenía chofer. Ya dentro del carro, la atmósfera pareció tranquilizarse un poco. 

-Irina, tienes prohibido llamarme "hermana", nadie debe saber tu relación conmigo.- La mujer habló con voz neutra, sin emoción alguna- Sin embargo, nuestros padres han muerto y soy tu único pariente, por lo que vivirás bajo mi tutela ¿De acuerdo?-

Un Sueño no Deseado.Where stories live. Discover now