3. ¿Remordimientos?

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En éste instituto no sólo hay secretos, sino que también hay gente que en sí es todo un misterio. ¿O si no, qué hacen Bárbara y Daniel solos en el cambio de clase? El desván de la parte antigua del instituto, lugar donde nunca hay nadie, no es un buen lugar para ocultar secretos, chicos. Al final acaban cayendo por las escaleras y todo se descubre. Él la acorrala contra una pared ligeramente intimidante.

        — ¿Aún no lo sabe?

        — No. Ni lo va a saber, porque aquello fue un error que no se va a repetir. Porque eso eres, Daniel, un desliz.

Él sonríe tranquilamente, incluso se podría decir que ciertamente divertido y asiente dejándola desubicada. ¿Acaso pensaba que el chico podría tener sentimientos? Mucho me temo que esta vez, no te saldrás con la tuya, Bárbara.

      — Ten cuidadito, Barbie, porque puede que a mí se me deslice la lengua para contarle a Víctor acerca de tus "errores".

        — ¿En serio crees que te creería a ti antes que a mí? Yo soy su novia desde hace más de un año y medio y tu eres su amigo putero.

        — Precisamente por eso. Sabrá que no tengo límites y por eso, en verano me tiré a su novia.

        — Eres un cerdo. 

Puedes protestar todo lo que quieras, Bárbara, pero esta vez, las cosas están en tu contra. ¿Quién te mandó caer en los brazos del chico que tantas veces has insultado y alejado de tu propio novio por cuestión de celos?

        — Me voy a echar a llorar, Barbie. Ahora, si me disculpas, me voy a hacer cosas mejores, como... —A medida que habla, se separa de ella y empieza a caminar de nuevo hacia las escaleras.— tirarme a toda tía buena que vea. Pásalo bien con tu amorcito.

No pienso repetirlo ni una vez más, este chico no cambiará nunca. Pero, quizá eso es lo mejor de él, que es el centro de muchos secretos, y futuras movidas que desencadenan a un enorme caos en el instituto. ¡Cuánto han visto estas paredes! Pero, tranquilos, porque más han visto cualquier rincón de esta ciudad. 

Bárbara se queda apoyada en la pared un rato más, intentando analizar la situación. Por su cabeza pasan miles de cosas, pero estoy más que segura de que lo que se le pasa en ese instante es el preciso momento en que se le ocurrió dejarse llevar por el, en ese momento, adorable y tentador Dani para luego acabar en una situación como la que ahora. Pero, chica, es que antes de actuar, debes pensar.

Este verano, como ya os he dicho, ha estado cargado de cotilleos, sorpresas y momentos maravillosos. No os preocupéis, me he enterado de todos. He estado presente. Pero todo a su debido tiempo. Os debo el precioso recuerdo de nuestra efímera relación entre el tipo duro que se las da de putero y la pobre niña que va de diva.

La casa estaba invadida de adolescentes locos que se colocaban ya fuera en la cocina, en el baño o en el salón. La música estaba bastante alta y las chicas bailaban para provocar a los chicos, más que por diversión. Una fiesta como otra cualquiera. Pero en pleno verano y con la diferencia de estar en una pequeña casa rural que nuestro querido grupo de amiguitos había alquilado. Una chica bastante guapa, no podía quitarle ojo a Víctor.

Y nuestro chico, que llevaba un aburrido día discutiendo con la princesa de su novia, decidió beber de más y dejarse llevar por la conversación de la chica cuando ésta se acercó tranquilamente hasta él. Parecer una modelo de Victoria Secret ayuda bastante en el hecho de intentar acercarte a un chico, y más uno como él. El DJ no dejaba apenas oír la voz de los demás, por lo que la proximidad era bastante alta. Y como es normal, y no nos extraña, las alarmas saltaron en Bárbara. Ésta, bastante directa y cabreada, se dirigía hacia su adorado principito de cuento con una cara bastante terrorífica.

Bajo vigilancia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora