MetGala // Harry Styles |TERMINADA|

Capitulo 23

   Entramos desesperadamente empujando la puerta del hotel en España, donde hace una hora aproximadamente había dado un show. Creí que casi la romperíamos.

Nos besábamos tan desenfrenadamente que no tenía ni aire para respirar.

   Él cerró la puerta empujándola con su pie sin soltar mi cintura, tampoco separando su boca de la mía. Rápidamente puso sus enormes manos en mis muslos haciéndome entender que subiera a él, y así lo hice para que luego empezara a caminar torpemente, conmigo encima, hasta la cama.

   Me acostó en ella bruscamente provocándome un gemido y, una sonrisa pícara se apareció en sus finos labios. El hombre de cabello rubio, que acababa de conocer en un bar de ésta misma ciudad, bajó dando besos por mi pecho y estómago, llegando a mi intimidad. Sentía sus ojos clavados en mi cara de placer mientras hacía su trabajo.

Tenía la mente en blanco, estaba disfrutando esto. Aunque mañana tal vez este idiota podría ir contando por todos lados que se había acostado con una artista drogada y, quién más podía ser? yo. Aunque dudo que alguien le creyera.

   Encendí un cigarrillo quitando esos pensamientos de mi, acariciaba su sedosa cabellera entre mis piernas mientras algunas veces me retorcía de placer. Motley Crüe sonaba de fondo, lo que me hacía desquiciarme más provocando gritos cuando pasaba por mis lugares más sensibles. Ya me encontraba demasiado drogada y la música frenética no ayudaba.

   La estaba pasando tan bien... hasta que un pensamiento atravesó mi cabeza enloquecida. Harry Styles.

   Empujé suavemente con mi pie al hombre que se encontraba entre mis piernas, lo que hizo que me mire de inmediato. Mis ganas de acostarme con él ya había desaparecido.

-Necesito que te vayas. -Dije sentándome en la cama con el cigarro en la boca, levantándome el pantalón.

-Qué? Si lo estábamos pasando muy bien... -Los ojos caramelo confundidos de ese hermoso chico me miraban. No entendía mi repentino cambio de idea y tampoco tenía intenciones de explicarlo.

-No me importa, quiero que te vayas. -Le advertí con seriedad.

-Hice algo mal? -Por un momento me enterneció su preocupación.

-Si, nacer. -Burlé para molestarlo mientras me concentraba en desintegrar el polvo en la cuchara con el encendedor que había utilizado anteriormente para prender el cigarrillo, y luego ponerlo en la jeringa.

-Maldita drogadicta, todo lo que dicen de ti es verdad. -Dijo saliendo de la habitación.

   Ese comentario me hizo enfurecer, me hizo vibrar por dentro, me molestó. Agarré la botella de alcohol tirándola contra la puerta por donde salió, con la intención de partirle la cabeza con ella pero, para mi mala suerte, cerró la puerta un segundo antes que eso sucediera.

-Vete al carajo! -Grité lo más fuerte que pude para que me escuchara, pero no sabía si lo había hecho.

   Me sentía ansiosa. Luego de haberme inyectado lo que había preparado; tiré la aguja lejos, por alguna parte de la habitación. La música extremadamente fuerte seguía sonando, reventándome los tímpanos aunque admitía que al mismo tiempo me encantaba. Me encantaba sentirme así, tan inconsciente.

   El mareo se hacía presente y la bronca cada segundo más fuerte. Por qué había hecho eso? Para quitarme este asqueroso sentimiento, empujé el escritorio tirándolo al suelo junto a las varias botellas vacías o a medio vaciar en él, haciéndolas pedazos, provocando un escandaloso ruido. Un grito ahogado se impotencia salió de mi garganta y caí al suelo. pensando el lo perra que soy.