🏠Prólogo🏠

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Mi Yoongi un joven de descendencia coreana de 18 años con su cabello azabache algo largo, piel blanca como el azúcar y con pocos músculos a pesar de su complexión delgada. Le dio un sorbo más a su cerveza mezclandola con el sabor de la sangre que aún salia de su labio. Llevaba casi dos horas sentado en esa acera, las cervezas que había comprado se habían agotado y ya no aguantaba los gritos. Pensaba esperar a que su amigo saliera de ahi pero pareciera que jamás iba a suceder eso.

Suspiro cansado antes de ponerse de pie de forma tambaleante, dejó la bebida alcohólica se resbalara de su mano y empezó a caminar hacia la entrada de la desgastada casa.

Los gritos de dolor y frío no paraban, estaba agotado tanto física como mentalmente y no estaba seguro de lo que iba a hacer. Atravesó el jardín y llego a la puerta, miro el timbre pero paso totalmente de el para acabar golpeando la puerta usando su puño cerrado, usando más fuerza de la requerida.

Lo último que escucho del interior de la casa antes de que la puerta se abriera fue un cristal estrellándose contra la pared. Un hombre obeso pero de baja estatura pero más fuerte que el joven de 18 años, apareció en la entrada, sus ropas estaban sucias tanto de café como de sudor, su mirada se veía cansada y llena de cólera. Yoongi se preguntó, cuando había sido la ultima vez que lo vio reír, recordó aquellos paseo nocturnos en la playa con su mejor amigo y ese señor.
Sonrió nostálgico.

-¿¡Que carajos quieres muchacho!?-, Hablo con odio ese era el único sentimiento que albergaba su alma en aquellos momentos.

-Vine a llevarme a Kihyun-, Dijo seguro el chico, sin trabarse a pesar de estar borracho-, no pienso seguir permitiendo que siga dañandolo.

El hombre río con ganas-, ¿Acaso no lo sabes? Ese estúpido es gay. Largate YoonGi, déjame acabar de castigarlo.

Iba a cerrar la puerta pero el azabache la detuvo con su mano.

-No señor.-, YoonGi miro al interior de la casa, su amigo sollozaba sentado en el suelo, con la mirada gacha-, me ha dejado claro que usted no lo quiere, pero el es mi mejor amigo. Kihyun vendrá conmigo, y usted jamás tendrá que volverlo a ver, ambos nos iremos.

-¿Por que te quieres llevar a esta basura?-, susurro enfadado, miro detrás suyo dónde su único hijo seguía llorando.

-Por que es mi hermano, y también soy gay-, el hombre le miró impresionado.

Noto las marcas de golpes en su rostro, la sangre bajaba seca de su nariz y parte de su labio inferior. Se dio cuenta que en la calle, al lado de un par de cervezas vacías, había una mochila y una maleta. Gruño sintiendo repugnancia, pero se hizo a un lado dejándolo entrar.

-Toma tus cosas y largate de mi vida bastardo- ordenó mientras caminaba hacia la cocina.

Yoongi fue hasta su amigo, a pesar de estar bajo los efectos del alcohol la ayudo a ponerse de pie y lo llevó hasta su habitación empacaron lo más rápido que pudieron y lo mas importante. En menos de 10 minutos salieron de la casa con tres maletas pertenecientes al menor por meses.

-Gracias.- dijo con voz rota- si no hubieses llegado estaría muerto.

Yoongi sonrió, paso su brazo por los hombres del chico y caminaron hacia donde estaban sus cosas.

-Por nada Kiki, para eso estamos- se colgó la mochila y tomó por la agarradera la maleta- vámonos.

Yoo Ki-hyun era un chico de nacionalidad coreana, que ha vivido toda su vida en Seúl al lado de Yoongi, le veía como a un super héroe. Castaño claro, piel blanca y lampiña, ojos color almendra y sonrisa tímida. La familia Yoo y la familia Min eran de escasos recursos, con padres violentos y madres desinteresadas. Tal vez fue por eso que cuando se conocieron, de 7 años, se hicieron inseparables y se juraron amistad eterna.

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⏰ Última actualización: Jun 13, 2019 ⏰

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