𝐶𝑎𝑝𝑒𝑟𝑢𝑐𝑖𝑡𝑎 𝑅𝑜𝑗𝑎 ❥KookMin 국민 O.S

Salvaje🌙

El pequeño pueblo de cristal ha sido infectado por una manada de salvajes originarios del norte de Busan inyectando el temor a los nobles pueblerinos.

El temor se ha impuesto al punto de tener toque de queda a las seis de la tarde. Ya no se puede salir a pasear o trabajar con libertad cómo antes, una vez el sol deciende, es obligatorio permanecer dentro de casa u algún refugio.

Si bien se han colocado a los Alfas más fuertes para velar por el pueblo, siempre están aquellos salvajes que logran escaparse y escabullirse dentro del pueblo ocasionando un gran alboroto que termina entre sangre y muertes. La cantidad es mínima pero poderosa, mayormente concentrada entre Alfas y Deltas.

Los cachorros ya no juegan en los parques, no hay vendedores en las calles, ni madres tendiendo ropa fuera de casa, sólo es concurrente ver familias en carruajes abandonando el pueblo. Pueblo que poco a poco se tornaba fantasmal por la poca cantidad de Alfas y Omegas que restaban pero que prontamente abandonarán el lugar por igual.

Nadie ha perdido la cabeza cómo para arriesgarse a quedarse y hacer cómo si la vida estuviese de lo más normal.

A excepción de los Park.

Una familia un tanto singular, han sido tachados con muchos apodos para nada favorecedores; ¿Quién demonios planea mandar a su pequeño hijo al bosque con una manada de salvajes buscándo a quien atacar?

Park... Park.. Park.

ㅡ Pero mami... ¿No crees que está un poco oscuro cómo para ir a casa de la abuela?

Normalmente se suele decir que el único normal en aquella familia era el mayor de los cachorros; Park Jimin. Si bien solía presentar ciertas actitudes extrañas cómo permanecer estático y ausente mirándo a la pared por un par de horas, o aislarse de los demás -cosa que a comparación de su familia era lo más normal- es quién mantiene mejor razonamiento; sabiéndo que afuera está demasiado oscuro y por ende peligroso para salir cuando se ha prohibido salir de casa después de las seis.

Y el reloj colgándo en la pared de la sala de estar marcan las 8:15 p.m

Sabe que si le encuentran fuera de casa a esa hora tendrán serios problemas.

ㅡ Jimin, no más réplicas. Harás lo que tu madre ordeneㅡ El alfa en la cocina está a favor de su madre, haciéndolo saber mientras mastica el café en granos, se hecha a la boca un sorbo de agua tibia y traga.

El pequeño Jimin -no tan pequeño pues posee dieciséis años pero su físico le hace parecer de menos- abulta los labios mirándo el sobre en sus manos, blanco y sellado con cera roja.

¿Quién en momentos de caos se les ocurre hacer una fiesta? Jimin sigue sin comprender el por qué de ir a casa de la abuela a ofrecerle la invitación. Sabe que su abuela no está en las mejores condiciones a pesar de ser una luchadora alfa, pero la edad le pasa factura poco a poco. Tampoco sabe porque debe emprender camino de noche.

Sus padres confían fielmente en que la luna le guiará sabía y sanamente, pero él cree que son estupideces.

Él está a punto de alegar nuevamente pero su pequeño hermano de cinco años comienza a llorar, sus padres no le hacen caso cuando ve a su madre alzarse la blusa y amamantar al menor para hacerle callar, su padre, por su lado le saca a rastras de la casa junto con una manguera dispuesto a regar el jardín que no tenían.

Jimin es dejado a su suerte, con el sobre en manos y una lámpara sin encender, escuchando mientras se aleja rápidamente las voces de sus progenitores desde casa; eran los únicos haciendo ruido por aquellos lados. Su madre quejándose porque Minhyung mordía su ceno mientras se alimentaba y su padre quejándose porque las plantas inexistentes no crecían.