Sigo aturdida por lo que ha ocurrido, sacudo la cabeza para intentar despejar la mente y centrarme en el chico que tengo enfrente. Sin responderle acepto su mano para levantarme.
-Gra-gracias…-murmuro, sacudiéndome los pantalones.
Todavía estoy temblando, pero intento disimularlo.
Ethan se frota la nariz, para luego mirarse la palma de la mano, la cual tiene manchas de sangre.
-¿Estás bien?-le pregunto.
Tiene la nariz sangrando, pero no oigo que se queje.
-Sí, no es nada-contesta, cortante.
-Pero estás sangrando.
No puedo evitar preocuparme por su herida, al fin y al cabo ha sido él quien me ha salvado de ese hombre. Si no hubiese sido por él ahora mismo estaría siendo violada en un callejón oscuro. O en medio de la calle. Me recorre un escalofrío al recordar lo que podría haberme pasado. Le debo a Ethan un favor, uno muy grande.
-Ya, pero no es nada, solo una pequeña hemorragia-se saca un pañuelo del bolsillo y se lo lleva a la nariz. Me mira y sonríe-Listo.
-¿No te duele?
-Olvídalo ya, te he dicho que no es nada-me dice calmadamente, todavía con una suave sonrisa en el rostro-¿Tú estás bien?
Entrelazo los dedos delante de mí, notando como el rubor sube por mis mejillas. La situación me avergüenza un poco, pero no estoy completamente segura del por qué. Supongo que porque no todos los días te rescata de ser violada el chico más buenorro de tu instituto.
-Sí…-inconscientemente toqueteo mi torso para comprobarlo-.Sí, estoy bien.
Se crea un silencio incómodo entre nosotros. No sé qué decir, aparte de agradecerle su acto. Aunque creo que decirle algo como: “gracias por salvarme de ser violada, ¡nos vemos en enero!”, no sería lo mejor que podría decirle.
A todo esto, ¿qué hacía él aquí fuera? Hace un rato me he chocado con él dentro de la discoteca. Se me pasa por la cabeza que ha salido para pedirme perdón por tirarme la bebida encima, pero me quito la idea rápidamente de la cabeza; es una estupidez.
-Gracias por… bueno…-me rasco la nuca, sin saber muy bien qué decirle.
-No ha sido nada-se encoge de hombros-. Pero deberías a aprender a defenderte solita, porque no voy a estar yo ahí siempre que salgas sola a una calle a altas horas de la madrugada. Por si no te habías dado cuenta: no es muy seguro. Y más para chicas como tú.
¿Pero qué...? ¿A qué viene esto? ¡Yo no tengo la culpa de que un salido haya intentado violarme! Además, sé defenderme… más o menos. Frunzo el ceño y me cruzo de brazos.
-¿Perdona? ¿Qué quieres decir con eso de… chicas como yo?
Me mira de arriba abajo rápidamente, luego rueda los ojos.
-Nada, olvídalo.
-Si lo has dicho es por algo. ¿A qué te referías?-insisto.
Él suspira, resignado.
-Que tienes toda la pinta de ser inocente e indefensa. Un cebo perfecto.
-No soy inocente. Y tampoco indefensa… Podría defenderme.
-Si puedes defenderte, ¿por qué no lo has hecho antes?-pregunta con una ceja arqueada.
No tengo palabras para responder a eso. Tiene razón: soy una inútil y estaría indefensa si alguien me atacara. Tuerzo la boca y miro hacia otro lado.
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¿Y si te como a besos?
Fiksi RemajaSophie Harper, con sus recientes dieciséis años, tiene claro que jamás se enamorará de verdad. Sin embargo puede que sus planes cambien cuando comience a notar que su corazón late por un chico del que jamás pensó que se enamoraría. Registrada en Saf...