Llamada

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Pasaron los días y no regrese a casa de Alfr, bueno nunca me fui pero pareciera que me hubiese ido, no salía de la habitación de Marta, no comia mucho y casi no dormía.

No me digan que es por que estoy enojada con el, solo estoy dolida puede ser también un poco decepcionada, yo en verdad creí que Alfr era perfecto pero ya no lo creo el solo me cuidaba por que pago por mi, por veinticinco años y contando tuve, tengo y tendré un maldito dueño, lo único que puedo hacer es escapar pero para que si el tiene contactos,  Anthony solo  me podría encontrar fácilmente, ¿Porque? Eso es fácil el pertenece o debería pertenecer a una mafia esto como lo se, si se relaciona con mi padre debe serlo, mi padre tenía dinero y no del bueno, cuando lo supe no fue algo muy impactante lo sospecha desde que vi a mi hermano con armas.

-Mi niña, ya salga de ahí.- Marta vestía un vestido avellana con un chal negro que cubría sus hombros.

-No, quiero.

-Pero ya llevas una dos semanas sin querer salir de mi cuarto, Alfr ya supo que estabas aquí, tus amigos no sabían nada y el solo ato cabos.- Confesó mientras acariciaba mi cabeza.- es mejor que salgas, no quieres ir a ver a tu hijo, el te extraña mucho.

-Ya hable con el y le dije que tenía un resfriado el es muy importante para mi como para dejarlo solo.

-Entonces dime, ¿No quieres hacer su cuarto?

-Si, pero seria muy duro hacer su cuarto y que me nieguen traerlo conmigo.

-Entonces casate con quien tu amas, crees que no se que lo amas es tan fácil saberlo, tus ojos se iluminan mientras hablas con el o como te arreglas tu cabello cuando el esta cerca tuyo.

-So-solo son reacciones que tendría con cualquiera, el no es nadie para mi, si el quiere puede casarse con quien quiera hasta con esa tipa que venía de vez en cuando a la casa.

-Y si te digo que ella esta aquí, ¿Que harías?

-Pues nada, bueno pero cuando Félix le diga mamá no vengas con lágrimas por que ya te avisé.

-Ugh, como la odio, me puede traer una muda de ropa para ir a mi trabajo.- el frio que entra por la ventana me congeló los brazos descubiertos por eso fui a cerrarla.

-¿Donde?- Pregunto desconcertada.

-A la habitación de Alfr allí mantengo todo mi material.

-Por supuesto, aquí te dejo tu muda de ropa sabia que cambiarías de opinión.

-Bueno, gracias.

Una muda de ropa que la llamara infarto para un nórdico, estamos a una temperatura de 10° pero esta casa es de 20° por su calefacción pero igual como puede ser que a Marta esa querida señora que todos aman me de una prenda que le da vida a la cabeza de abajo de un hombre con solo verme, un pantalón corto que parece la parte inferior de un bikini por suerte me tapa el trasero, es de tela suave va al conjunto con una chaqueta de color salmón con un body negro, para mi mala suerte y la suerte de Marta esto no lleva ropa interior, casi se me olvida mi calzado no es más que un par de ballerinas negras.

 Deje el conjunto a un extremo de la cama para ir hacia el baño que estaba lleno de olores frutales, se parece mucho al baño de una película anime llamada el increible castillo vagabundo ,  el baño de aquella película estaba llena de pociones y esta no tiene nada que enviar, llena de botellas de cristal perfumadas y otras con shampoo o jabón, justo en un extremo se encontraba la tina y en un estante se encontraban las sales relajantes, lo mejor que todo esta de una forma artesanal que le da un toque mágico a este espacio, si no la conociera estaría segura que es una bruja y le daría el trabajo de atar a Alfr, esperen ¿que?, perdon diosito. 

Solo por 8 meses Donde viven las historias. Descúbrelo ahora