Simon Says [OtaYuri]

Simon Says kill a person I

Despertó con los leves golpes tras su puerta. Era su abuelo llamándole alegremente para tomar el desayuno. Era temprano aún pero ese día iba a ser especial, por fin iniciaría la terapia del Plisetsky mayor. Yuri lo acompañaría ese día y se quedaría junto a él todo lo que duraba la terapia del día.

Con la llegada de aquel día también vino el recordatorio de que el tiempo corría y pronto debería tener el dinero para la operación de su abuelo y aún no había logrado reunir ni la mitad de lo que necesitaba. Tuvo que respirar profundo un par de veces para calmar aquella sensación de malestar que acompañaba a la ansiedad que empezaba a sentir.

Se obligó a salir de la cama y tararear una canción en su mente, Nothing else matters, para que esta no se vaya directo a los acontecimientos de la noche anterior a pesar del dolor agudo en su trasero que le recordaba que no solo se había acostado a descansar. Tomó su bata de baño y envolvió su cuerpo desnudo en ella para dirigirse a tomar una ducha que devolviera a su fatigado ser algo de vida y la fuerza para fingir delante de su abuelo que todo en su vida estaba totalmente bien aunque sabía que este ya había notado su pequeña mentira que le empezaba a quebrar por dentro.

"No tiene por qué enterarse" Se repetía a sí mismo aquellas palabras con las que él mismo había terminado aceptando una relación que ni siquiera esa etiqueta podía recibir. Chasqueó la lengua con molestia y pateó el pote de shampoo intentando liberar parte de su frustración. Se odió nuevamente por milésima vez en ese momento y restregó con fuerza la esponja sobre su piel hasta que se tornó roja y empezó a doler.

Tantas cosas estaban mal y su conciencia no dejaba de gritárselas enumerando una a una y mostrándole la bonita cara de Val cada que cerraba sus ojos haciendo que ese sentimiento de culpa corroyera su alma un poquito más cada momento.

Se puso la ropa más cómoda que tenía, no solo porque le hubiera sido difícil entrar en un par de pantalones ajustados con tanto dolor de caderas, sino porque era la misma ropa que usaba cuando se sentía deprimido, cansado o demasiado molesto. Y volvió a odiarse entonces, porque Otabek notaría su pantalón afranelado negro (que realmente era un pijama), sus medias con estampado patitas de gatitos y su sudadera morada ya muy desgastada, entonces sabría que algo no estaba bien y lo menos que deseaba en ese momento era verse débil ante el moreno, pero sería imposible no hacerlo, porque era un maldito libro abierto para Otabek.

Inspiró profundo antes de bajar a ver a su abuelo y ni se molestó en encender su celular, Otabek no demoraría en llegar a recogerlo para ir a la universidad y tal vez podría pedirle que le trajera al salir y hasta que lo acompañara al hospital para tomar su mano mientras esperaba a su abuelo, pero ya no podía ver a su mejor amigo cómo tal. Ahora sólo tenía presente ese otro lado del kazajo, salvaje y excitante, cada que pensaba en él.

— Te ves extraño, Yurachka ¿Todo bien?

— Uhmm... — Se limitó a contestar comiéndose un pan con rapidez para no responder apropiadamente.

— No tienes que venir si es eso lo que te incomoda, estaré bien. — Yuri gruñó en respuesta haciendo reír a su abuelo. — Te esperaré para el almuerzo y podemos ir juntos.

— Será mejor así, estaré junto a ti, abuelito. — Se obligó a sonreír y a mantener la sonrisa cuando escuchó un motor apagarse cerca a la puerta. Trató de disimular la rigidez de su cuerpo bebiendo lo último que quedaba de su café. antes de ponerse de pie y tomar su mochila. — Estaré de vuelta antes de que te des cuenta, nos vemos Abuelito. — Dejó un beso en su mejilla y se fue corriendo a la puerta donde ya se podía escuchar el timbre.