Capitulo 1

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Yo... No tengo familia. Desde mi memoria, he vivido en el orfanato Santa Celia, obvio no la conocen, además de que es nuevo, no es muy vista... Me dijeron que me trajeron aquí apenas cuando tenía 2 años, justo cuando un bebe deja de lactar leche y puede comer otras cosas, supongo que fue la oportunidad de mis "padres" para dejarme aquí. Recuerdo unas cuantas cosas de mi infancia, aunque no son muy lindas, apenas logro recordar que comenzaron a tratarme diferente solo por mis defectos: tenía problemas nutricionales... Literalmente parecía un esqueleto viviente, y para ellos les parecía algo perturbador, además de que aveces sufría de sonambulismo, todos los niños creían que estaba poseída por algún demonio o algo por el estilo, y por último, me gustaban los cuervos, si, esos pájaros negros que todos ven como de mala suerte y una vil carroñera, yo las encuentro muy hermosas, incluso le doy comida y les hablo, tal vez sea esas la razones por la que me ven como alguien extraño para ellos, a veces trato de hacer amigos, pero veo que lo único que consigo es incomodarlos, tal vez hice algo mal, aunque no creo eso... Aunque, siendo sincera, la soledad no es tan mala después de todo. Recuerdo cuando apenas tenía 7 años, mis compañeras de cuarto me hicieron algo horrendo... algo que un niño no debería vivir en tan joven edad:

Niña: ¡hey! ¡¡Felity!! -apoyada del marco de la puerta-
Felity: ¿huh? -levanta la cabeza lentamente- ¿M...Me llaman a mi?
Niña: ¿Hay otra Felity por aquí? ¡Claro que es a ti! ¡Ven acá! -haciendo seña de que se acercara-
Felity: -Se levanta de su cama dejando su dibujo en ella y se acerca a sus compañeras de cuarto- D..Dime ¿para que me llamas?
Niña: deja de tartamudear... se te oye estúpido...
Niña: Felity ¿Ya supistes? ¿El secreto de ir al paraíso?
Felity: ¿Secreto? ¿Al paraíso?
Niña: ¡Si! Puedes ir al paraíso, donde tus sueños se hacen realidad, tener una familia, tener un hermano
Niña: ¡o mejor 2!
Niña: ¡¡O 7!! Serías feliz por siempre
Felity: ¿¡En serio!? Y... ¿Y cómo puedes ir al paraíso? ¿Tú haz ido antes? -dudando un poco de que sea cierto-
Niña: ¡Daah! Claro que he ido, y es precioso, solo tienes que hacer una sencilla cosa...
Felity: ¡¿Qué es?! ¡Juro que lo haré! Quiero ir al paraíso... Quiero ser feliz
Niña: ¡Fácil! Ve a la cocina y agarra uno de los cuchillos de la cocinera
Felity: s...será difícil, a ella no le gusta que estemos en su área.. -baja las orejas temerosa ya que la cocinera le daba miedo-
Niña: no seas gallina y ve, te diré el resto cuando lo tengas
Niña: pronto iras al paraíso, vale la pena
Felity: yo... ¡Lo haré!
Niña: esa es la actitud

Esa vaca, Olivia, que teníamos de cocinera, daba miedo, ojos hundidos, era gorda, ni siquiera era bonita, pero no me podía quejar: servía las mejores comidas que pude probar, y era obvio porque jamás probé algo mejor después de todo. Cuando fui a buscar ese utensilio, me alegré tanto de que esa vaca gorda no estuviera en la cocina, aunque una de mis fallas era que era muy pequeña, y no podía alcanzar la mesa por mi cuenta, me tome mi tiempo para subir a una silla y por fin llegar al borde de la mesa, vi un pequeño cuchillo y trate de alcanzarlo con mis pequeños dedos, odie tener 7 años y ser tan pequeña, fue de lo peor, pero la pesadilla solo comenzaba. Oía pasos pesados y arrastrados, literalmente parecía un terremoto, estaba tan asustada de que me atrapara en su área de trabajo, todo mi cuerpo temblaba, caí al suelo y no pude alcanzar el cuchillo, no había tiempo de conseguir un buen escondite, así que a gatas me puse debajo de la mesa, fueron los peores 28 minutos más tenebrosos y aterradores de mi pequeña vida. Luego de un rato, pude ver cómo sus regordetas piernas se alejaban hacia la puerta, al parecer iba de compras, aproveche el momento y agarre el pequeño cuchillo lo más rápido que pude, salí de esa horrible cocina y volví a mi habitación, aunque no vi a las chicas, todo estaba oscuro y no veía mucho:

Niña: miren chicas ¡Lo consiguió!
Niña: que locura ¿Como pudo entrar en un lugar tan asqueroso y tenebroso como la cocina?
Niña: apuesto a que se siente como en casa
Felity: d...déjenme en paz. Traje el cuchillo ¿Que sigue?
Niña: ¿No es obvio? Córtate tus muñecas
Felity: ¿Q-que? -baja sus orejas asustada-
Niña: córtatelas~ -cantando-
Niñas: córtate las muñecas~ -cantando al unísono-
Felity: n-no... no quiero.. -asustada suelta el cuchillo y retrocede lentamente-
Niña: Ooh~ ¿No querías ser feliz?
Niña: la única forma de que seas feliz...
Niñas: ¡Es que te mueraaas!~ ¡Jajajajaja!
Felity: ¡n..no quiero! No.. -sale de ese tétrico lugar hacia el patio del orfanato- no quiero... no.. no quiero..

"No quiero ser feliz"... Lo repetía una, y otra, y otra, y otra vez, ya no deseaba la felicidad, rechazaba todo lo que me hacían feliz... Desde ese día los niños me molestaban con bromas crueles y apodos estupidos... Se sentían asqueados ante mi presencia y nadie quiso jugar conmigo, nadie quiso... adoptarme siquiera. Soporte durante 11 años en un infierno... me tiraban ojillas afiladas, aún tengo cicatrices sobre eso, tenía unas horribles ojeras, claro antes era por tantos sapos que metían entres mis sábanas mientras dormía, pero es obvio, los niños crecen, se vuelven adolescentes y tienen otras definiciones de "bromas", y llego un momento en la que cambian los sapos a sangre artificial, algo que podías conseguir en cualquier lugar donde vendan baratijas de magia, y los recreos era lo peor, simplemente no tengo palabras para decir cuál mal me la pasaba... Aún recuerdo ese día, ya casi ni tenía oportunidad de que me adoptaran pero aún así, una pareja lo hizo una hermosa eriza de rizos oscuros y un joven lobo de pelaje verde oscuro. Antes de que me buscarán... Mis compañeros quisieron despedirse:

Felity: aagh... ¡Suéltenme! ¡Déjame en paz! -forcejeando contra dos gatos que la sostenían con fuerza-
Chico: ooh ¿Pero por qué? Te irás y no te vamos a ver más nunca -la agarra con mucha fuerza, lastimándola-
Chico: al menos déjanos darte tu regalo de despedida
Chico: vamos a prepararla cómo se debe -bajando el cierre de sus pantalones se acerca a Felity-
Felity: no.. ¡No! ¡¡No!! ¡Déjenme ir! ¡Por favor!
Chico: ¡Cállate, maldita puta! -la golpea con fuerza en el estomago, sacándole el aire-
Felity: ¡Aaah! Aah.... Aah -tratando de recuperar el aliento pero algo le obstruye la garganta- !!!!
Chico: comienza a de una vez, jajajaja -moviendo su cadera profundiza su miembro por la garganta de la pobre gatita-
Felity: ¡¡Mmmmhhp!! ¡Mmmhp! -batallando y en un momento de defensa propia muerde con fuerza-
Chico: ¡¡¡AAAAAHHH!!! -le golpea la cara liberándose de su mordida- ¡¡Aaahhh!! Tú... ¡Tu, lo vas a pagar! -la golpea de nuevo- ¡A ella, chicos!

Entre los tres me golpeaban, mis heridas se abrían, me dolía mucho el cuerpo, después de todo termine con un problema alimenticio y era la más débil de las niñas, no comía mucho ya que me robaban mi comida. Me costaba respirar, y aún sentía los golpes por todo mi cuerpo, fue unos 18 minutos después de que la señora directora los descubrieran, y cómo he de imaginarse tampoco es una gran señora, solo me mando a levantarme y me limpiara la sangre, las lágrimas y el líquido blanquecino de mi rostro... dejándome sola en ese frío cuarto, no recordaba que fuera tan frío... Frío y oscuro....

Bueno eso es todo por hoy, agradecería bastante el apoyo a esta historia y si quieren hacer una ilustración de esta historia lo agradecería bastante, los pondré en la próxima publicación con su legítimo autor.

..,:;*¡Hasta la próxima!*;:,..

FelityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora