Capítulo 1

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Han pasado ya 4 años de aquel fatídico accidente, he aprendido a vivir con mi discapacidad, en gran medida es gracias a mis papás y mis hermanos que siempre están al pendiente de mí, incluso todos nos metimos en cursos de braille, lo cual me ayudó muchísimo en mis días, así al menos ya podía leer.

Después de un par de meses, dejé de sentir pena por mí y experimentar cosas nuevas, al menos ya salía de la casa, acompañaba a mi mamá las veces que salía, por supuesto, siempre en compañía de Spi, él ha sido de mucha ayuda para mí, incluso he llegado a salir a caminar sola, no me alejo tanto, pero es un avance.

Aunque todavía me duele el no poder ver, he aprendido a que hay otras formas de hacerlo, estuve en algunos cursos para lograrlo ya que mi pesimismo me impedía lograrlo por mí misma, sobre todo cuando no lograba identificar las cosas que sujetaba, siempre gritaba o aventaba lo que estaba tanteando por no identificarlo.

Comencé a seguir rutinas, en las mañanas desayuno con todos, Yukito procura no irse por mucho tiempo, Touya desayuna siempre con nosotros aunque esté saliendo de su guardia, lo hacen para hacerme sentir mejor, de eso estoy más que segura, después del desayuno, me voy sola a la academia de danza, Spi es un gran guía y después de una semana yendo acompañados, lo logramos hacer solos, en la academia aprendí que puedo continuar bailando aunque no pueda ver, el ballet me ha servido a concentrarme y realizar cosas que no imaginé, también he conocido a grandes personas.

Para vacaciones, mis rutinas cambian, me voy a caminar al parque, ahí siempre me la paso todo el día, hasta que llega el tiempo de ir a la academia debido a que las mañanas lo ocupan para ensayar los recitales únicamente puedo asistir por las tardes, el salón es completamente mío, hoy es un día de esos, estamos en vacaciones de invierno y todo el tiempo me dejan sola, por lo que las salidas a caminar son lo mejor, sobre todo porque el clima es perfecto, no hay mucho frío, pero tampoco hay calor.

-Spi, busquemos una banca libre.

Jalé la correa de mi compañero y caminé, hasta que sentí que Spi se detuvo, tanteé un poco y ya estaba en la banca, con cuidado me senté a entretenerme con los sonidos de la naturaleza, como he dicho, el día es agradable, o al menos yo lo siento así para estar entrando ya en el invierno, se puede sentir una que otra ráfaga de viento, pero aún no bajaban mucho las temperaturas.

Saqué el libro que había cargado conmigo, Yukito se tomó la molestia de conseguir la historia de la princesa con sus bestias guardianas en braille, aunque no pudiese ver, cuando llego a la parte en la que describían a las dos bestias, imagino a mi perro, sin lugar a dudas elegí un buen nombre para él, he perdido la cuenta de las veces que he leído el libro, pero me encanta, Yukito prometió conseguirme más libros, hicimos un pacto, que aunque no estén en braille los obtendría y él me los leería, no es lo mismo, pero es una manera de sumergirme en las historias.

-¡Lo que me faltaba! ¡Busquen la manera de arreglarlo! ¡Es urgente!

Escuché el grito de alguien, me asusté, no sabía que hacer, apreté la correa de Spi, nunca se sabía en qué momento tendría que huir, sobre todo con los gritos que estaba escuchando.

-¡Tú que me ves! -escuché que gritó.

No hice caso, seguí con el libro que tenía en las manos, no tenía prisa y si ese sujeto se estaba peleando con el mundo, no era mi problema, escuché unos pasos, y luego sentí que alguien se sentaba a mi lado, eso no me gustó para nada, normalmente, nadie se me acerca.

-Lo siento, no quise ser imprudente, yo... mmm... no me había dado cuenta de tú condición

"Entonces el grito si era dirigido a mí" pensé.

A Través De Tus Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora